Hace apenas unos días –enero 2015– las agencias de información de todo el mundo cubrían una atroz ejecución que había tenido lugar en la zona de Irak ocupada por el Estado Islámico: Un joven homosexual era arrojado desde lo alto de un edificio por haber realizado las prácticas de «la gente de Lot», el eufemismo bíblico con el que los fundamentalistas evitan ensuciarse usando el término nefando, es decir, la «sodomía».
Desafortunadamente, lejos de representar un hecho aislado, las persecuciones y coacciones hacia los homosexuales son frecuentes en el Irak posinvasión y en otras latitudes del orbe islámico debido al auge de movimientos radicales.

El joven fotoperiodista británico residente en Estambul Bradley Secker realizó una serie de entrevistas a musulmanes homosexuales iraquíes refugiados en Siria, trabajo que le valió el Pride Photo Award 2011 en la categoría «Temas de actualidad». De este material –un verdadero caleidoscopio de recuerdos, miedos e ilusiones– se nutrirían el director y dramaturgo Douglas Rintoul y el actor Jamie Bradley para crear una idea original que luego desarrollaría Rintoul en un emotivo mosaico de historias con el común denominador del estigma, la persecución y el exilio. Un único personaje, encarnado por Andrés Requejo, aglutinará todas esas voces en un desgarrador soliloquio enunciado en primera persona que, a pesar de su intimidad con la tragedia, resulta también luminoso por la gran ternura y el irrenunciable amor a la vida que desborda el relato del protagonista.
El estreno británico de la obra tuvo lugar en el Quarterhouse de Folkestone, ciudad sede de Transport Theatre, la compañía de la que el propio Rintoul. es director artístico, y que en coproducción con la compañía a summerday puso en pie el montaje. Poco después acudió a la edición de 2011 del Edinburgh Fringe Festival. En aquella ocasión la propuesta recibió una nominación al Fringe First. En 2012 viajó al Theatre503 de Londres y en 2013 recibió el Royal National Theatre Foundation Playwright Award al mejor texto. Durante 2015 el montaje británico visitará el Vault Festival de Londres y el Pink Festival de Brighton. A finales de 2014 Elegy conoció su estreno español en Nave 73.
A priori uno podría pensar que conectar con una historia tan dura, que además versa sobre eventos y realidades tan alejadas de nuestro día a día, podría resultar una empresa algo ardua y, sin embargo, esto no ocurre porque el texto se ofrece en el universal estilo del contador de historias y porque está tan lleno del lenguaje de las cosas que interesan a lo humano: familia, amistad, amor, esperanzas, miedo, paisajes, etc., que el espectador reconoce las emociones descritas no como cercanas sino como propias.
El texto rezuma un lirismo exquisito que ha sido preservado gracias a una hermosa traducción a cargo del propio Andrés Requejo. Este lirismo se potencia en virtud a unas acertadas pautas de dirección, a cargo de Carlos Alonso Callero, orientadas a que el actor no se envilezca en el siempre exasperante camino de lo ultradramático. Todo lo contrario, haciendo bueno el adagio de «menos es más» Requejo conmueve a la audiencia gracias a una inteligente contención –y supuesto distanciamiento emocional– que deja desarmado a un espectador que, casi sin darse cuenta, se ve atrapado en una vorágine de emociones.
La escueta, pero simbólica escenografía de Matías Carbia: una silla y una bolsa que en un primer momento ejercen de verdaderos Arma Christi pero que transmutarán a lo largo del relato evocando otros objetos y otros usos, otorgan al espacio escénico una potencia sobrecogedora. Los demás elementos como el movimiento escénico de Fredeswinda Gijón y el espacio sonoro de David Good suman a este proyecto elementos que perfeccionan un montaje redondo.
Intentar estar al cabo toda la programación teatral de Madrid genera no poca frustración para los que nos consideramos «teatrófagos» –neologismo creado por José Antonio Alba (Enunentreacto)–, porque la oferta es muy variada, el talento abundante y el deseo de no dejar pasar un montaje especial es siempre constante. Por eso es doblemente reconfortante cuando asistimos a una de esas funciones bendecidas con una lluvia de aciertos. Una de esas funciones en las que apenas roto el oscuro inicial, el espectador se estremece con el silencio expectante y respetuoso que inunda la sala y entiende que, una vez más, se ha producido el milagro de que un actor solo consiga transportar a todo un auditorio a un paisaje emocional diferente hablando de las vidas de otros para, en realidad, hacerles reflexionar sobre sus propias vidas.
Después de los atentados de París, en un momento en que las voces xenófobas se alzan en Europa, necesitamos textos como esta «Elegía». trabajos que nos den la perspectiva necesaria para diferenciar a las víctimas de los verdugos y para poder aprender a recibir con brazos acogedores a aquellos que han conseguido escapar de la persecución de los intolerantes.
FICHA ARTÍSTICA
DIRECCIÓN Carlos Alonso Callero
INTÉRPRETE Andrés Requejo
ESPACIO SONORO Y MÚSICA ORIGINAL David Good
MOVIMIENTO ESCÉNICO Fredeswinda Gijón
DISEÑO DE LUCES Y GRAFISMOS Marta Cofrade
ESCENOGRAFÍA Matías Carbia
FUNCIÓN ESPECIAL
Fecha: El 28 de junio en el Matadero. Sala Fernando Arrabal.
En el marco del Día Mundial de las Personas Refugiadas (20 de junio), la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y el equipo artístico de Elegy se unen para visibilizar la persecución que sufren miles de personas en todo el mundo por su orientación sexual e identidad de género, y que las obliga a salir huyendo de su país en busca de protección y refugio. Esta actividad es posible gracias a la colaboración desinteresada del equipo artístico de Elegy, Ayuntamiento de Madrid y Naves del Español-Matadero Madrid.
ENTRADAS:
Para asistir a la función, contacta con CEAR en colabora@cear.es o 915980535