Crónica de «Numancia» de Miguel de Cervantes

Miguel de Cervantes, olvidado por casi todos

La celebración de aniversarios y efemérides culturales son siempre una buena excusa para tomar el pulso a nuestra sociedad y tantear el nivel en el que nos movemos. De este Cuarto Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes y el discretísimo número de eventos programados para conmemorar al autor español más influyente de la historia de nuestra lengua, podemos sacar la triste conclusión de que los avances en materia de cultura tras cuarenta años de democracia siguen siendo poco prometedores.

Frente al monumental despliegue que se está realizando a lo largo y ancho de Gran Bretaña para celebrar el mismo aniversario de William Shakesperare, con innumerables representaciones de sus obras originales en todo tipo de espacios y formatos, el modesto esfuerzo realizado en España para ensalzar la figura de su mejor literato nos debería hacer palidecer de envidia y vergüenza.

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El Teatro Español liderando la celebración del aniversario

En Madrid, ciudad en la vivió y murió y en donde se imprimió Don Quijote de la Mancha, se han programado un número bastante limitado de austeros acercamientos a la figura y la obra Miguel de Cervantes, sin que en la mayoría de los casos se aborden directamente montajes de sus trabajos escénicos sino más bien aproximaciones paracervantinas. Casi todos los grandes centros de producción escénica instalados en la ciudad han pasado por la efeméride de puntillas como si con ellos no fuera, limitándose, en el mejor de los casos, a algún acercamiento tangencial a la obra de Cervantes. Han sido propuestas interesantes pero, en cierto modo, también una estrategia para evitar abordar las obras originales del autor y con ello una eficaz manera de condenar a las estanterías de las bibliotecas la verdadera palabra del alcalaíno universal. En este sentido, apenas podemos contar con la reposición en la temporada 2014-2015 de los Entremeses, que programó el Teatro de la Abadía allá por el año 1996 y, sobre todo, con el estreno de esta monumental Numancia, proyecto de Juan Carlos Pérez de la Fuente, que es sin duda el único digno del evento que se conmemora y el único trabajo que salva el honor de un país que, ¡a quién le sorprende!, ha mirado hacia otro lado.

Desde su posición como Director Artístico del Teatro Español, una de las instituciones culturales de mayor solera del país, cuya fundación como «Corral del Príncipe» es contemporánea a la publicación de El cerco de Numancia, Pérez de la Fuente ha comprendido la importancia de dar contenido a las dos efemérides cervantinas –Cuarto Centenario de la publicación de la segunda parte de El Quijote y Cuarto Centenario de la muerte del autor–, programando hasta cuatro montajes de temática cervantina. Desde la potente aproximación al universo familiar cervantino que propuso Fernando Arrabal con sus «Pingüinas», también bajo dirección de Pérez de la Fuente, a la visión del mensaje del Príncipe de los Ingenios pasado por el tamiz del magín de siete jóvenes dramaturgos españoles con «A siete pasos del Quijote» (un montaje poco convencional para un gran teatro público como es una propuesta de teatro en la calle que acababa –no por casualidad– en la puerta del Congreso de los diputados). Por último, el feminismo militante de Cervantes también ha tenido su homenaje en el montaje que hasta el 1 de mayo dirige Pedro Víllora en la sala pequeña (Margarita Xirgu) del Teatro Español, «Quijote. Femenino. Plural», una visión del Quijote desde la perspectiva femenina.


El cerco de Numancia o la primera tragedia moderna 

Los monumentales logros de Miguel de Cervantes como dramaturgo, alcanzados sobre todo con su El cerco de Numancia, quedaron ensombrecidos por la proyección universal de su gran novela Don Quijote de la Mancha. Sin embargo, La Numancia supone una ruptura total con las formas tradicionales de hacer tragedia, unas convenciones que habían sido forjadas por Aristóteles en su obra Sobre la Poética. Miguel de Cervantes insufló esta tragedia de una modernidad cuyos elementos no volvieron a repetirse dentro del teatro europeo hasta bien entrado el Romanticismo.

Por un lado, Cervantes expulsa a Dios de la tragedia. Numancia trata de un enfrentamiento entre hombres en el que no se ha dejado ningún margen de acción a las deidades. Este extremo lo deja bien claro Cervantes cuando en su primera intervención hace decir a Escipión

Cada cual se fabrica su destino, no tiene allí fortuna alguna parte.

Además, muy en contra del gusto de una sociedad fuertemente jerarquizada como era la española del siglo XVI y de las convenciones tradicionales de la tragedia, los protagonistas de esta obra son gente del común. Cervantes coloca en el lugar protagonista al pueblo llano numantino que se reúne en asambleas donde se debaten democráticamente las decisiones que se van a tomar.  Hasta la época el pueblo había sido el sujeto de la comedia –por su potencial risible–, sin embargo, Cervantes le eleva a la dignidad que desde el comienzo del género trágico se reservaba a príncipes y aristócratas. Ningún escalafón social se encuentra entre los numantinos más allá de los oficios que cada uno realiza. Por primera vez en la historia de la literatura aparece como emblema de dignidad el mero hecho de ser ciudadano y este es el título con el que se presenta el embajador ante Escipión:

Numancia, de quien yo soy ciudadano, ínclito general, a ti me envía…

Se trata por tanto de una obra coral en la que el autor no busca conmover al público con los afanes de un heroico príncipe (rodeado de personajes-comparsa) que ha perdido reino y estado por un revés del destino sino que, adelantándose en tres siglos al Guernica de Pablo Picasso o a las Nanas de la Cebolla de Miguel Hernández, conseguirá emocionar al espectador presentando el drama de una madre «anónima» cuyos pechos secos, por causa del asedio y la guerra, no son ya capaces de alimentar a su famélico hijo.

Miguel de Cervantes (1585)Guernica

¿Qué mamas, triste criatura?
¿No sientes que, a mi despecho,
sacas ya del débil pecho
por leche la sangre pura?

Otro de los elementos de modernidad es la participación de la mujer en la vida pública como un igual. Las mujeres son escuchadas en las asambleas, incluso en temas tan viriles como la estrategia militar. Son, de hecho, las mujeres las que proponen la solución de la inmolación conjunta de todos los ciudadanos.

Por supuesto, Numancia es, como toda la obra de Cervantes, un canto a la libertad. Entendiendo que lo contrario a la libertad no es la esclavitud, sino la inacción. El ser humano se define como un ser volitivo, un homo volens, por eso despojarle de su capacidad de acción es la peor condena. La decisión de Escipión de realizar un cerco y evitar la batalla (la acción) condena a los numantinos a la terrible y única salida: el suicidio colectivo. Por cierto, que veinte años antes de que Cervantes escribiera la tragedia el Concilio de Trento había prohibido que apareciesen suicidios en escena. Cervantes, como siempre libre y desafiante se la vuelve a jugar frente al Santo Oficio suicidando no ya a un individuo sino a todo un pueblo.


La versión  de Luis Alberto de Cuenca y Alicia Mariño

Pérez de la Fuente, que suele rodearse de los mejores en cada campo, recurrió a un intelectual, filólogo y poeta de extensísima trayectoria cultural para realizar la versión deNumancia 1 esta Numancia que presenta el Teatro Español. Luis Alberto de Cuenca junto a su mujer, la escritora, abogada y Doctora en Filología Francesa Alicia Mariño. Ambos han realizado un excelente y respetuoso trabajo de contextualización del texto añadiendo un breve prólogo en el que se explican los valores de modernidad de esta tragedia.

También han sabido intervenir en las pasajes más arduos del texto original, generalmente los pasajes de las figuras alegóricas, que han sido o bien actualizados o directamente suprimidos como hace el sabio jardinero que comprende que para dar fuerza a los brotes floridos hace falta cercenar los vástagos ajados.

Acierto de gran carga lírica cambiar al niño Bariato (Viriato) de la escena final por Nadie la pequeña que con su inmolación arrebatará su triunfo a Escipión y asegurará la eterna fama numantina. Nadie, que es capaz de meter a su pueblo en la posteridad, es un homenaje de Luis Alberto de Cuenca y Alicia Mariño a todos esos «nadies» que construyen discretamente el presente y ponen silenciosamente en marcha la locomotora de la historia.

El resultado ha sido una dramaturgia absolutamente fiel al original que presenta coherencia argumental y buen ritmo dramático.


El montaje

Este montaje es per se una gran experiencia teatral. Una factura perfecta e impresionante en la que todo tiene sentido y todo apoya al texto drámatico. Alessio Meloni firma una escenografía que anuncia que más pronto que tarde este joven creador tendrá que dedicar su talento a la mayor gloria del mundo de la ópera, un género en el que estoy seguro hallará fronteras y desafíos técnicos a la altura de su creciente capacidad. Espejos, gasas y elementos como un  incensario de alambre que recuerda en todo momento la pira en donde habrán de arder los restos de Numancia, crean un lenguaje visual potente donde nada es gratuito.

Iluminación fastuosa de José Manuel Guerra con momentos sublimes como el de los haces de luz que interseccionan en el rostro de Nadie en la escena de la torre.

Videoarte espectacular de Miquel Àngel Raió con impactos visuales que van desde cielos numantinos a gamas cromáticas de los grandes maestros de la pintura española. Impactante, por etéreo y premonitorio el holograma de los niños numantinos. 

Luis Miguel Cobo crea un espacio sonoro potente en el que los sonidos de contienda y las disonancias perturbadoras se intercalan con graznidos de aves de mal agüero. Divertido momento musical con danza por pasodoble de la Mujer y el hombre Guerra que me recordó a Kurt Weill.

Almudena Huertas crea un rico vestuario en con reminiscencias que van desde el arte íbero, de los uniformes del III Reich a la pintura de Zurbarán pasando incluso por el mundo de Star Wars.

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Las interpretaciones y la dirección

Pérez de la Fuente ha creado un equipo bien armado que, haciendo honor a la estructura de esta tragedia, trabaja de manera coral.

Destaco el trabajo de Beatriz Argüeyo y Alberto Velasco que abordan las figuras alegóricas: Desde la España secular siempre atribulada a las Guerra, el Hambre y la Enfermedad. Dentro de la trama de la tragedia interpretan también con fuerza a los embajadores. Numancia 2

Maru Valdivieso, Julia Piera y Mélida Molina realizan solventes interpretaciones y juntas construyen la emotiva escena de las madres, uno de los momentos más potentes de la obra. Julia Piera, encarnará también a Nadie en la decisiva escena final.

Especialmente impactante el diálogo entre Leonelo (Markos Marín) y Lira (Miryam Gallego) que termina con la conmovedora escena de la muerte de Leonicio (Críspulo Cabezas) y del propio Leonelo, en una alarde de dirección de Pérez de la Fuente.

Muy bien defendido el papel de Escipión por Chema Ruiz el personaje de psicología más compleja ya que transita entre la nobleza romana, el autoritarismo del invasor, la manipuladora adulación a Nadie y, por último, la asunción de la derrota.

Carlos Lorenzo y Raúl Sanz muy convincentes en su papel de invasores.

Por las originales soluciones al desafío de hacer representables escasa teatralidad como las de las figuras alegóricas (España, la Guerra y sus «hijas» el Hambre y la Enfermedad); por la capacidad de utilizar los mejores medios técnicos para dar más potencia  al texto y de sacar lo mejor de los múltiples artistas convocados, creo  que el director de Pelo de Tormenta sigue siendo una de las principales potencias creadoras del panorama escénico del país. Juan Carlos Pérez de la Fuente revalida con este montaje su larga trayectoria como creador de teatro y referente de la Cultura (con mayúsculas) de este país.


Ficha artística

Dirección Juan Carlos Pérez de la Fuente

Versión Luis Alberto de Cuenca, Alicia Mariño

Reparto (por orden de intervención)

Beatriz Argüello La Mujer, Embajador segundo, La mujer-España, Numantino segundo y La mujer-Guerra, Hambre y Enfermedad
Alberto Velasco El Hombre, Embajador primero, El hombre-España, Numantino primero, El hombre-soldado, El hombre-partera, Hambre y Enfermedad
Chema Ruiz Escipión
Raúl Sanz Yugurta
Carlos Lorenzo Mario
Alberto Jiménez Teógenes
Markos Marín Leonelo y Numantino tercero
Maru Valdivielso Mujer primera, Numantino cuarto y Madre primera
Julia Piera Numantino quinto, Madre tercera y Nadie
Críspulo Cabezas Leonicio y Numantino sexto
Mélida Molina Mujer segunda, Madre segunda y Mujer de Teógenes
Miryam Gallego Lira

FIGURACIÓN DE VÍDEO

Niños Jonathan Lokuuda Bartlett y Rodrigo Sánchez López
Bailarinas Nataliya Andrukhnenko, Eva Boucherite, Alba González, Coral Ortega y Blanca Izquierdo

Ficha artística

Diseño de escenografía Alessio Meloni (AAPEE)
Diseño de vestuario Almudena Huertas
Diseño de iluminación José Manuel Guerra
Composición musical y espacio sonoro Luis Miguel Cobo
Diseño de audiovisuales Miquel Àngel Raió
Asesora de voz y dicción Concha Doñaque
Asesor de movimiento escénico Alberto Velasco
Ayudante de dirección Pilar Valenciano
Ayudante de escenografía Olga López León
Ayudante de vestuario Liza Bassi
Fotografías promoción y cartel Chema Conesa
Fotografías escena Javier Naval

Producción Teatro Español

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Datos prácticos

Fecha Del 16 de abril al 22 de mayo de 2016
Espacio: Teatro Español – Sala Principal
Horario De martes a sábado 20:00 h. Domingos 19:00 h.
Precio De 5 a 22€. Martes, miércoles y jueves 25€ de descuento.

Entradas: aquí


 

Celebrando la función del 23 de abril
Celebrando la función del 23 de abril

Crónica de «Cliff (acantilado)» de Alberto Conejero

Cartel por Chema Pop
Cartel por Chema Pop

[Artículo actualizado el 30 de agosto de 2015 con motivo del estreno del montaje en Nave 73 el 05 de septiembre de 2015]

cliff 2Cliff (Acantilado) fue estrenada, en España, el 8 de septiembre de 2014 en La Pensión de las Pulgas con un considerable éxito de crítica y público.  Un año después, el pasado sábado 5 de septiembre, la obra fue presentada de nuevo en la sala Nave 73. Con motivo de este reestreno el montaje ha sufrido algunos cambios (que comentaremos más adelante) y que en mi opinión han ido muy a favor de la propuesta realzando unos elementos que ya de por sí eran muy interesantes.

Y es que la obra cuenta con todos los ingredientes para resultar un viaje apasionante para el público ansioso de buen teatro: un autor, Alberto Conejero (Jaén, 1978), en imparable curso Luis perdiguerode colisión con el éxito, quien para esta ocasión, ha elegido rodearse de un dream team a la altura de su talento. Como director del montaje el polifacético actor-bailarín-coreógrafo-director, Alberto Velasco (Valladolid 1982) que recientemente nos regaló el espectáculo Danzad Malditos (Frinje 2015) y del que podemos disfrutar todas las semanas en su trabajo en la serie «Vis a vis» encarnando a Antonio Palacios; La escenografía es obra del cada vez más imprescindible Alessio Meloni; la emotiva –y no es hablar por hablar– música  original es de Mariano Marín; la evocadora iluminación la firma Luis Perdiguero y el trabajo de videoarte ha corrido a cargo de Adriá Giralt.

Pero, con permiso de todos, me gustaría resaltar el sobresaliente trabajo actoral que ofrece un actor capaz de enfrentarse a un monólogo de superlativa complejidad interpretativa, Carlos Lorenzo Villoria.  De la eficaz existencia orgánica del personaje se adivinan las horas de duro trabajo de actor y director para conseguir un resultado de una calidad que, por desgracia, no tenemos oportunidad de ver sobre las tablas con la frecuencia que nos gustaría.

A pesar de su juventud, Conejero es autor de un buen número de ensayos y piezas teatrales, entre las que destaca La Piedra Oscurapremio Ceres a la mejor autoría teatral, –en cartel por segunda temporada en el Centro Dramático Nacional–,  y este Cliff (acantilado), texto ganador del IV Certamen Leopoldo Alas Mínguez – SGAE 2010 y publicado porCliff la Fundación Autor en 2011. Para los que conocíamos el texto de Alberto Conejero había una especial curiosidad por ver cómo iba a ser encarnado ese personaje profundamente herido. Por otro lado, parecía de justicia que un texto que ya había sido montado en Buenos Aires en 2012 (con otra producción) fuera, al fin, representado en España.

No voy a negar que también existía un interrogante: un monólogo de extraordinaria dureza donde las palabras del desencanto son escogidas por el autor con la contundente violencia del martillo del herrero; un protagonista deslizándose en caída libre por la resbaladiza pendiente de una vida llena de reveses mal gestionados, acelerado en su descenso al abismo por su propia manía de rebullirse contra un mundo al que solo puede soportar desde las profundidades de un vaso de güisqui. Y, por último, un texto a veces sutilmente críptico que apela al deseo del espectador de descubrir los parajes de dolor y decepción por los que transita el personaje.

Se trata, pues, de un personaje amenazado por muchos conflictos: El detonante, un accidente que borra su principal rasgo identitario frente al mundo, su belleza; una culpa: la homosexualidad vivida en los difíciles años del macarthismo; el ruido de fondo: una relación conflictiva con su madre y una inquietud: el anhelo por reencontrar la honestidad como actor, algo que los estudios de Hollywood  han dinamitado a fuerza de contratos millonarios.

Conejero, el autor de las ecliff 1mociones, ha sabido impregnar de desencantado lirismo un texto que no solo habla de la vida de un gran actor de Hollywood, Cliff trata –como lo hace siempre el buen teatro– de nosotros mismos y especialmente de todas esas ocasiones en que nos atropellan las ciegas acometidas de la vida. La vida, esa experiencia sobre la que, en el mejor de los casos, apenas podemos tener la vana ilusión de un cierto control.

Recomiendo este montaje a los  que aún no conocen el teatro de Alberto Conejero, a aquellos que ya lo han señalado con nombre de elegido tras emocionarse con ese himno de humanismo consolador que es La piedra oscura y muy especialmente congrego a aquellos que ya vieron Cliff (Acantilado) en La pensión de las pulgas, pues aquel vino joven de hace un año se ha convertido en un caldo con solera lleno de matices en el que todo anima para que la belleza de la hábil prosa del poeta se sobreponga a la amarga negrura del dolor narrado.


Datos estreno en la Pensión de las Pulgas 08 de septiembre de 2014

CLIFF (ACANTILADO)

Texto de Alberto Conejero

Dirigido por Alberto Conejero y Alberto Velasco
Interpretado por Carlos Lorenzo
Espacio sonoro y música original: Mariano Marín
Creación audiovisual: Adrià Ghuiralt
Diseño gráfico y cartel: Adrián Novoa
Ayudante de dirección: Pablo Martínez


Datos reposición en Nave 73 5 de septiembre de 2015

Interpretación: Carlos Lorenzo
Texto: Alberto Conejero
Dirección: Alberto Velasco
Ayudantía de Dirección: Pablo Martínez Bravo
Espacio sonoro: Mariano Marín
Escenografía: Alessio Meloni
Iluminación: Luis Perdiguero
Producción: Sara Luesma
Taller escenográfico: Escénica Integral S.L.
Audiovisuales: Adriá Giralt
Actor audiovisuales: Aarón Lobato
Diseño gráfico: Chema Pop
Voces en off Radio: Kiti Manver, Luis Luque y Chevi Muraday.
Voz en off Oscars: Irene Escolar

Nave 73

Fechas:  Domingos de octubre de 2015 PRORROGADO DOMINGOS DE NOVIEMBRE 2015: 1, 8, 15, 22 Y 29 
Hora: 13:00 horas
Precio: 12€ – 14€

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