Crónica de «La mujer del monstruo» Frinje Madrid 2015

la mujer del monstruo

«Dime con quién andas y te diré quién eres» reza el castizo adagio que en su versión escénica podría ser algo como: «Dime quiénes te han hecho y te diré si me apetece ir a verte».

Que La mujer del monstruo iba a ser una de las propuestas más interesantes del Frinje Madrid​ 2015 lo supimos desde que se anunciaron los nombres de los creadores que iban a liderar el proyecto. En efecto, Salva Bolta,​ en la dirección e idea original y Alberto Conejero,​ conformaban un tándem demasiado atractivo para que esta función pudiera pasar de largo y, debido a este magnetismo, muchas personas interesada en ver el montaje se quedaron a las puertas ya que las cuatro funciones resultaron insuficientes para satisfacer el interés que había generado al proyecto.

Génesis de proyecto
Partiendo de una idea original de Salva Bolta se organizó un taller, a través de Frinje, para reflexionar sobre «…las oscuras y apasionantes contradicciones de la condición humana». Se pretendía investigar sobre el misterio profundo de la relación entre el amor y el horror, y más concretamente, sobre las relaciones sentimentales que se fraguaron entre mujeres aparentemente normales y criminales de guerra o/y dictadores en el convulso siglo XX europeo. Procede hacer notar que desde su génesis la propuesta tuvo una magnífica acogida ya que se recibieron muchas más solicitudes que las quince plazas disponibles.

Metodología de trabajo
Conejero arrancó el taller con unas actividades dirigidas a desmenuzar las herramientas dramatúrgicas, los cimientos filosóficos y las biografías de estas mujeres singulares, sugiriendo enfoques no frontales, a través de las reflectáforas –algunas de ellas muy eficaces como los níscalos de Carmen Polo o la música de Abba en el texto sobre Elena Ceaucescu–, azuzando pero también salvaguardando la originalidad del estro de cada uno de los participantes. También fue propuesta del autor de ‘La piedra oscura‘ abordar la construcción de los personajes desde la técnica del «biografema» tal y como lo describe Barthes como aquel hito biográfico, rasgo o inflexión puntual que ilumina una vida pero que a la vez tiene autonomía ficcional.

Alberto también apuntó hacia algunas de sus preocupaciones como dramaturgo, a saber, que el lenguaje goce de una materialidad poderosa, que no se adoctrine al espectador y, sobre todo, que desde el escenario, no se pretenda ocupar el espacio de la política o la academia para conjurar el peligro de caer en la deriva panfletaria, sobre todo en este caso en el que se abordan las biografías de unos personajes tan comprometidos políticamente.

Acabado el taller los participantes tuvieron tres días para elaborar sus trabajos y de las quince propuestas recibidas los organizadores seleccionaron las cinco que se han presentado en el Frinje.

El montaje de esas cinco propuestas estaría dirigido por un Salva Bolta que ha realizado, en tiempo récord, un monumental trabajo de artesano –labor improba omnia vincit– para dotar existencia y corporeidad a lo que estaba esbozado en el papel.

El resultado
El ritmo desenfrenado de trabajo de estas últimas semanas –como hemos visto un taller intensivo, apenas tres días para presentar los textos y unos pocos días más para ensayos–, han resultado sorprendentemente fructíferos pues, si bien en algunos aspectos las piezas representadas no tienen aún su punto idóneo de sazón, lo cierto es que la función que tuvimos la oportunidad de presenciar estaba llena de matices y aciertos que dejaban entrever el ingente esfuerzo al que se han enfrentado técnicos, actores y, por supuesto,  el coordinador y el director.

Destaco, creo que muy justamente, la hermosa iluminación, obra de Luis Perdiguero, que consigue evocar el diferente espacio en el que se desarrolla cada una de las historias; el magnífico vestuario de la siempre fiable Guadalupe Valero, así como todo el trabajo de caracterización y peluquería que se ha enfrentado con éxito a retos tales como hacer que Ana Wagener resultase una  Carmen Polo convincente.

En cuanto los textos hay que decir que cada uno ha transitado de una forma diferente por la peculiar biografía de estas mujeres de vida peculiar. Hago a continuación un pequeño comentario de cada uno de los textos.

AL FONDO
TEXTO.....Paula Iwasaki
NADIA STALIN.....Eva Rufo
Eva Rufo
® Fotografía Blanca Serrano

La actriz y autora Paula Iwasaki para la elaboración del personaje ha decidido enfocar hacia dentro, construyendo una Nadezhda Alliluyeva a partir de su estado anímico interíor. Es ésta una mujer victimizada por los agravios de un Stalin que aparece aquí definido básicamente en su dimensión de marido despótico y cruel, quedando, por lo tanto, la dimensión política del mandatario homicida casi completamente velada para el público. Es, por esa mirada hacia dentro, por lo que el texto tampoco nos da ninguna información sobre la terrible situación económica y política de la URSS en la fecha fatídica del suicidio de Nadezhda. Partiendo de unos datos históricos tratados como biografemas, Iwasaki construye un hermoso episodio lírico-onírico que servirá de antecámara al momento del suicidio. Así, la anécdota de un Stalin juvenil rescatando a la pequeña Nadia de un fortuito ahogamiento se convierte en la semilla de la que germinará –en la cabeza de Nadia– una potente imagen de muerte en vida. Una fantasiosa ensoñación que, junto con la mención a sus recurrentes cefaleas, nos dibujan un boceto del estado mental y emocional de la protagonista

La única pista que recibimos sobre la alta responsabilidad política que ostenta el maltratador y el único reproche sobre sus expeditivos medios de gobierno, se encuentra en una reveladora frase que la protagonista pronuncia momentos antes de consumar el suicidio: «…por eso que nos quitemos de en medio por nuestra propia mano te aterra porque te recuerda que el asesinato es patrimonio de cualquiera y no solo del Estado».

La magnífica actriz Eva Rufo ofreció un atribulado personaje de carne y hueso, un ser profundamente compungido y decepcionado que camina con paso enérgico hacia su fin. Una interpretación honesta y llena de verdad que recibió una merecida ovación del público.

PIGMENTO
TEXTO.....Nieves Rodríguez Rodríguez
MARGHERITTA SARFATTI.....Amparo Vega-León

Margherita
® Fotografía Blanca Serrano

Nieves Rodríguez construye una Margheritta Safartti capaz de crear a su monstruo, Benito Mussolini, a través de un dibujo. En cierto modo la reflectáfora es perfectamente consistente con la historia, ya que, la escritora y crítica de arte de origen judío, había desasnado años atrás al activista dándole así unas herramientas sociales que, con el tiempo, le permitirían llegar a hacerse con el poder en Italia. Con una prosa rica en fíguras pero algo estática, una Safartti taumaturga resucitará al Duce con un lienzo y un pincel.

Al igual que en el caso de Nadia Stalin, apenas hay reproches al hombre político por decisiones que afectasen a los otros, las únicas recriminaciones serán hacia las decisiones de las que ella misma ha sido la víctima: «Frente a ti la mujer expulsada por el dictador de Italia…». Este mirar para otro lado es consecuente con la patológica psicología de unas mujeres que decidieron ‘no ver’ en tanto en cuanto las decisiones políticas de sus amantes no les afectasen directamente.

Amparo Vega-León en el escenario acomete el difícil reto de presentar a su personaje en desnudez de cuerpo y alma. Quizá el riesgo ha pasado factura y la propuesta adolece de cierto envaramiento que no favorece la comprensión del texto. Quizá con otra propuesta o más horas de ensayo se habría conseguido un resultado más depurado.

LA MADRE CÓSMICA
TEXTO.....Sergio Martínez Vila
CARMEN POLO.....Ana Wagener
carmen polo
® Fotografía Blanca Serrano

La madre cósmica es, de los cinco textos, el único en el que la mujer del monstruo tiene un reverdecimiento tras la muerte del verdugo. Es más, el deceso del dictador disparará el mecanismo que va a poner en marcha el proceso de transustanciación metafísico de Doña Carmen. La soporífera burguesa de provincias que había languidecido al lado del «canijo», no era más que una forma de vida latente, una resistente espora en hibernación a la espera –como el alien de Riddley Scott– de  la llegada de las condiciones favorables que le permitieran despertar de su letargo para acometer, por fin, su fecundo proyecto reparador. La sociedad española envilecida al calor de las urnas, sufrirá el correctivo de manos de esta mujer mitad Gran Hermano, mitad avispa reina dispuesta a poner las cosas en su lugar. A diferencia de las otras mujeres de monstruos, la Carmen Polo que ha pergeñado Sergio Martínez Vila, no vive por y para su monstruo, es más, solo cuando el dictador reposa atrapado bajo el peso de una gigantesca cruz, es cuando ella puede revelarse como el ser ambicioso y fanático que realmente es y, ataviada con la negra mantilla de luto «porque soy decente», podrá propiciar el giro de la rueda de la fortuna que haga que vuelva a sonar en su tocadiscos la zarzuela de los cuarenta –al menos– años de bonanza.

De todas las dramaturgias presentadas en este taller, ésta es la que ha volado más libremente y la que, partiendo de una descripción del personaje muy pegada a la tierra, lo ha estirado hasta llevarlo a una dimensión de galáctica frescura.

El joven Sergio Martínez Vila, de quien pudimos ver recientemente un magnífico trabajo, Periodo de reflexión, se afianza como una de las voces nóveles más prometedoras de la efervescente escena madrileña.

La interpretación hipnótica y afinadísima de Ana Wagener convirtió esta breve pieza en un delicioso caballo al galope que transporta a uno de los personajes más plúmbeos de la historia reciente de España desde el sopor de la capilla al brillante relumbrón de una pop star.

MARÍA MAGDALENA
TEXTO.....Carlos González Otero
MAGDA GOEBBELS.....Isabelle Stoffel (y colaboración de Antonio Escribano)
Magda Goebbles
® Fotografía Blanca Serrano

Magda Goebbels, condecorada por Hitler como la mejor madre del Tercer Reich, asesinó a sus seis hijos pequeños porque quería evitarles la inaceptable opción de vivir en una Alemania que no fuese nacionalsocialista. Después de semejante acto hizo lo único que podía hacer, quitarse la vida junto con su marido.

Un acto tan brutal, cuyo exceso desafía la capacidad humana de comprensión, oscurece evidentemente cualquiera otro hito de su existencia. Sin embargo, alabo que Carlos González Otero haya eludido –más allá de una didascalia que no se siguió en el montaje que vimos en el Frinje– este episodio atroz, primero porque no descubriría gran cosa del personaje ya que el episodio del multifilicidio es harto conocido y, por otro lado, porque se desviaba del objeto del taller, es  decir, de la relación de la mujer y el monstruo.

En este sentido es coherente centrarse en la atracción –si es que no fue verdadero amor– que sintió Magda hacia Hitler desde los años del ascenso al poder de éste. Por supuesto la Goebbels aparece en comunión perfecta con la política de Hitler. Los reproches por el holocausto no están aquí (ni se les espera).

Carlos González Otero ha ideado una escena  caníbal en la que, acompañados por la melodía de la ‘Muerte de amor’ de la Isolda de Wagner, Magda está a punto de devorar el cadáver del Führer para que su maternal vientre sea el receptáculo en donde el cuerpo adorado quede resguardado de los previsibles expolios del invasor extranjero.

Isabelle Stoffel es, en el rasgo y la dicción, una Magda Goebbles hermosa y convincente que, sin embargo, adolece de cierta monótona intensidad en la exposición del discurso lo que compromete el interés del espectador por el texto. Posiblemente cuando el montaje esté más ensayado, aparecerán más matices interpretativos que permitan aflorar a su vez toda la lírica del relato.

SANTA ELENA DE TODOS LOS POLÍMEROS
TEXTO.....Xabier López Askasibar
ELENA CEAUCESCU.....Natalie Pinot
La Mujer del Mounstruo
® Fotografía Blanca Serrano

Xavier López Ascasibar ha ideado su pieza sobre Elena Ceaușescu en clave de farsa. Farsa fueron, al fin y al cabo, su expediente universitario y sus aspiraciones académicas. Como señaló uno de sus profesores: «…sus exámenes fueron eventos teatrales en los que nadie le presentaba una pregunta científica». De las cinco mujeres de monstruo presentadas en esta muestra ella es la única que fue un monstruo por méritos propios. Prueba del odio que cosechó es que en su fusilamiento recibió 110 balas mientras que a su esposo «solo» le alcanzaron 10.

El divertidísimo texto presenta a una Ceaușescu feliz y jacarandosa ensayando a ritmo de ABBA el discurso de aceptación del premio Nobel de química con el que espera ser galardonada. En un megalomaniaco episodio de autobombo Elena ataca el más delirante discurso en el que la ‘científica’ expone sus méritos académicos –dejando al descubierto discurso algunas de las grandes meteduras de pata que cometió en la vida real como su incapacidad para recordar la verdadera sintaxis de la fórmula química del agua– para terminar integrando en el memorándum la letra en español del tema ‘Waterloo’ de ABBA.

La pieza, salpimentada con palabras en rumano y enérgicas amenazas a sus colaboradores, describe a la Ceaucescu como la zorra descerebrada, amoral y sanguinaria que seguramente fue en la vida real.

Natalie Pinot magníficamente caracterizada aborda con solvencia y comodidad el código de la farsa. Divertida, precisa y bien medida construye otro de los personajes más aplaudidos de la velada.

COMITÉ DE BIENVENIDA
TEXTO.....Sergio Martínez Vila
comité de bienvenida
® Fotografía Blanca Serrano

 IDEA Y DIRECCIÓN…..Salva Bolta

AYUDANTE DE DIRECCIÓN…..Manu Bañez

COORDINACIÓN DRAMATÚRGICA…..Alberto Conejero

ILUMINACIÓN…..Luis Perdiguero

VESTUARIO…..Guadalupe Valero

PRODUCCIÓN…..FRINJE15, Producciones Judas Tadeo

 

Crónica de «La piedra oscura» de Alberto Conejero

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[Actualizado el día 26 de abril de 2016]

Galardonada en los Premios MAX

Mejor Espectáculo de Teatro
Mejor autoría teatral (Alberto Conejero)
Mejor dirección de escena (Pablo Messiez)
Mejor diseño espacio escénico (Elisa Sanz)
Mejor diseño iluminación (Paloma Parra)


La disciplina que conocemos como historia no es otra cosa que una megaestructura mental de unas dimensiones tan colosales que suele resultar ininteligible. Es un edificio formidable construido por miles de estancias. Para entenderlo tendríamos que caminar esos inabarcables pasillos abriendo cada una de las puertas para poder desgranar así la miríada de voces que constituyen el eco de fondo del pasado.

Tal vez, por esta enorme dificultad para entender lo que nos quieren decir los libros de historia sobre el horror de la guerra, estas siguen sucediéndose. Al terror de una contienda le sigue un gran olvido amortajado con una atroz cantidad de inútiles datos estadísticos. Las más de las veces se intentará explicar lo sucedido con el grosero argumento de los buenos y los malos, simplificando de esta manera el demoledor efecto de la maquinaria bélica en la vida de los seres que lo padecieron.

El teatro puede –debe– ser una herramienta para educarnos en la paz. El teatro, que debe poner su foco en el ser humano, y que debe utilizar en su discurso la medida de las magnitudes humanas, puede expresar, mejor que cualquier grueso volumen o sesudo ensayo, la derrota que supone siempre una guerra. Después de muchas décadas de teatro al servicio de los bandos, causa a la vez consuelo y esperanza que nuevas dramaturgias estén tomando, por fin, el partido del ser humano. Si hace unos meses Nao d’amores presentaba en Segovia su emotiva y humanista Penal de Ocaña, ahora recibimos el inesperado regalo de este nuevo montaje que consigue abordar el complejísimo enfrentamiento desde la perspectiva de dos personajes sencillos.

la piedraLa piedra oscura, maravilloso texto que firma Alberto Conejero, (Premio Ceres 2015 al Mejor Autor teatral) es un excelente ejemplo del poder del teatro para explicar que en una guerra la bondad no se concentra en ningún bando, sino que se retira a unos escogidos reservorios que se encuentran en el corazón de muy pocos hombres buenos. El texto, de una abrumadora sutileza emocional, nos presenta a dos seres humanos sobre cuyos hombros inocentes se ha instalado el peso del retorcido y complejo andamiaje de un conflicto civil. Un encuentro insólito en la íntima brevedad del vórtice de un torbellino que irremediablemente está a punto de devorarlos. Y aun así, en la difícil tesitura del momento extremo, los dos son capaces de vencer a la sinrazón de la guerra inundando todo con la luz de su gigantesca humanidad.

De este montaje, que sin duda va ser uno de las mejores producciones españolas de los últimos tiempos, se podrían cantar la alabanzas ya por todos conocidas: Se vendió toda la taquilla en apenas unos días hasta el punto de que el Centro Dramático Nacional excepcionalmente abrió de manera anticipada la venta para la segunda temporada (que también se agotó rapidamente); ha recibido los más exaltados –y merecidos– elogios por parte de público y crítica e incluso, en tiempo récord, ha sobrepasado nuestras fronteras ya que fue presentadaa –en ruso– con otros actores y dirección del propio Messiez, en el Teatro del Arte de Moscú y el montaje del CDN viajó a Londres con motivo del III Festival de teatro español en esa ciudad. En noviembre de 2015 una nueva producción –en griego– será estrenada en el teatro Kibotós de Atenas con dirección de Constantinos Aspiotis.

Por supuesto, este pequeño gran terremoto en la escena madrileña y española se debe a una felicísima conjunción de elementos:

Por un lado, la enorme calidad del texto de Alberto Conejero que, tras el éxito recientemente cosechado con Cliff (Acantilado) –en cartel en Nave 73 con una magnífica nueva producción– con este nuevo texto revalida de forma incontestable su posición de adelantado dentro del panorama de los nuevos dramaturgos españoles.

Por otro lado, la maravillosamente desmesurada sensibilidad de la dirección a cargo del actor, director y autor hispano-argentino, Pablo Messiez, cuyo singular talento para explorar los más bellos recovecos del alma humana ya quedó demostrado, entre otros, en dos bellísimos textos de su autoría: Los ojos y Muda.

Destacadísimas las interpretaciones de Daniel Grao como un Rafael Rodríguez Rapún, intentado en su última hora quela piedra2 los papeles del poeta de Fuente Vaqueros sean preservados para una España que intuye habrá de venir, y la del jovencísimo Nacho Sánchez, en el papel de Sebastián, el soldado que custodia a Rafael, cuya mirada espantada refleja más allá de cualquier palabra el estupor que le produce la cruel lógica de la guerra que es incapaz de comprender.

Por último, hay que poner en valor todos aspectos técnicos que suman a lo anteriormente dicho: Una escenografía sencilla y potente que nos traslada a un estado emocional desesperante, una iluminación acertada que ayuda a subrayar la intimidad del encuentro que se está produciendo, vestuario, espacio sonoro, etc.

En resumen, no se trata de un montaje que recomiende ver, se trata de un montaje sencillamente imprescindible desde el punto de lo que está ocurriendo en el teatro español y, más importante todavía, por el magnífico y necesario mensaje de consuelo, de hermandad y de reparación que tanta falta sigue haciendo en esta España nuestra siempre atribulada.


PRÓXIMAS FECHAS:

A partir del día 7 de septiembre de 2016 en Teatro Galileo de Madrid


FICHA: 

Dramaturgia: Alberto Conejerola-piedra-oscura-cartel

Dirección: Pablo Messiez

REPARTO
Rafael: Daniel Grao
Sebastian: Nacho Sánchez

EQUIPO 
Escenografía y vestuario: Elisa Sanz
Iluminación: Paloma Parra
Coordinación musical: Ana Villa, Juanjo Valmorisco
Dirección de producción: Nadia Corral
Producción ejecutiva: Jair Souza-Ferreira
Director técnico: Matías Carbia
Ayudante de producción: Sara Brogueras
Diseño cartel: Isidro Ferrer
Fotos: marcosGpunto
Coproducción: Centro Dramático Nacional y LAZONA
Distribución: Clara Pérez
Realización de Escenografía: Mambo Decorados / Sfumato
Ayudante de escenografía y vestuario: Mónica Boromello
Meritorio de dirección: David Castillo
Ayudante de dirección: Javier L. Patiño

Coproducción: Centro Dramático Nacional y LAZONA

Crónica de «Cliff (acantilado)» de Alberto Conejero

Cartel por Chema Pop
Cartel por Chema Pop

[Artículo actualizado el 30 de agosto de 2015 con motivo del estreno del montaje en Nave 73 el 05 de septiembre de 2015]

cliff 2Cliff (Acantilado) fue estrenada, en España, el 8 de septiembre de 2014 en La Pensión de las Pulgas con un considerable éxito de crítica y público.  Un año después, el pasado sábado 5 de septiembre, la obra fue presentada de nuevo en la sala Nave 73. Con motivo de este reestreno el montaje ha sufrido algunos cambios (que comentaremos más adelante) y que en mi opinión han ido muy a favor de la propuesta realzando unos elementos que ya de por sí eran muy interesantes.

Y es que la obra cuenta con todos los ingredientes para resultar un viaje apasionante para el público ansioso de buen teatro: un autor, Alberto Conejero (Jaén, 1978), en imparable curso Luis perdiguerode colisión con el éxito, quien para esta ocasión, ha elegido rodearse de un dream team a la altura de su talento. Como director del montaje el polifacético actor-bailarín-coreógrafo-director, Alberto Velasco (Valladolid 1982) que recientemente nos regaló el espectáculo Danzad Malditos (Frinje 2015) y del que podemos disfrutar todas las semanas en su trabajo en la serie «Vis a vis» encarnando a Antonio Palacios; La escenografía es obra del cada vez más imprescindible Alessio Meloni; la emotiva –y no es hablar por hablar– música  original es de Mariano Marín; la evocadora iluminación la firma Luis Perdiguero y el trabajo de videoarte ha corrido a cargo de Adriá Giralt.

Pero, con permiso de todos, me gustaría resaltar el sobresaliente trabajo actoral que ofrece un actor capaz de enfrentarse a un monólogo de superlativa complejidad interpretativa, Carlos Lorenzo Villoria.  De la eficaz existencia orgánica del personaje se adivinan las horas de duro trabajo de actor y director para conseguir un resultado de una calidad que, por desgracia, no tenemos oportunidad de ver sobre las tablas con la frecuencia que nos gustaría.

A pesar de su juventud, Conejero es autor de un buen número de ensayos y piezas teatrales, entre las que destaca La Piedra Oscurapremio Ceres a la mejor autoría teatral, –en cartel por segunda temporada en el Centro Dramático Nacional–,  y este Cliff (acantilado), texto ganador del IV Certamen Leopoldo Alas Mínguez – SGAE 2010 y publicado porCliff la Fundación Autor en 2011. Para los que conocíamos el texto de Alberto Conejero había una especial curiosidad por ver cómo iba a ser encarnado ese personaje profundamente herido. Por otro lado, parecía de justicia que un texto que ya había sido montado en Buenos Aires en 2012 (con otra producción) fuera, al fin, representado en España.

No voy a negar que también existía un interrogante: un monólogo de extraordinaria dureza donde las palabras del desencanto son escogidas por el autor con la contundente violencia del martillo del herrero; un protagonista deslizándose en caída libre por la resbaladiza pendiente de una vida llena de reveses mal gestionados, acelerado en su descenso al abismo por su propia manía de rebullirse contra un mundo al que solo puede soportar desde las profundidades de un vaso de güisqui. Y, por último, un texto a veces sutilmente críptico que apela al deseo del espectador de descubrir los parajes de dolor y decepción por los que transita el personaje.

Se trata, pues, de un personaje amenazado por muchos conflictos: El detonante, un accidente que borra su principal rasgo identitario frente al mundo, su belleza; una culpa: la homosexualidad vivida en los difíciles años del macarthismo; el ruido de fondo: una relación conflictiva con su madre y una inquietud: el anhelo por reencontrar la honestidad como actor, algo que los estudios de Hollywood  han dinamitado a fuerza de contratos millonarios.

Conejero, el autor de las ecliff 1mociones, ha sabido impregnar de desencantado lirismo un texto que no solo habla de la vida de un gran actor de Hollywood, Cliff trata –como lo hace siempre el buen teatro– de nosotros mismos y especialmente de todas esas ocasiones en que nos atropellan las ciegas acometidas de la vida. La vida, esa experiencia sobre la que, en el mejor de los casos, apenas podemos tener la vana ilusión de un cierto control.

Recomiendo este montaje a los  que aún no conocen el teatro de Alberto Conejero, a aquellos que ya lo han señalado con nombre de elegido tras emocionarse con ese himno de humanismo consolador que es La piedra oscura y muy especialmente congrego a aquellos que ya vieron Cliff (Acantilado) en La pensión de las pulgas, pues aquel vino joven de hace un año se ha convertido en un caldo con solera lleno de matices en el que todo anima para que la belleza de la hábil prosa del poeta se sobreponga a la amarga negrura del dolor narrado.


Datos estreno en la Pensión de las Pulgas 08 de septiembre de 2014

CLIFF (ACANTILADO)

Texto de Alberto Conejero

Dirigido por Alberto Conejero y Alberto Velasco
Interpretado por Carlos Lorenzo
Espacio sonoro y música original: Mariano Marín
Creación audiovisual: Adrià Ghuiralt
Diseño gráfico y cartel: Adrián Novoa
Ayudante de dirección: Pablo Martínez


Datos reposición en Nave 73 5 de septiembre de 2015

Interpretación: Carlos Lorenzo
Texto: Alberto Conejero
Dirección: Alberto Velasco
Ayudantía de Dirección: Pablo Martínez Bravo
Espacio sonoro: Mariano Marín
Escenografía: Alessio Meloni
Iluminación: Luis Perdiguero
Producción: Sara Luesma
Taller escenográfico: Escénica Integral S.L.
Audiovisuales: Adriá Giralt
Actor audiovisuales: Aarón Lobato
Diseño gráfico: Chema Pop
Voces en off Radio: Kiti Manver, Luis Luque y Chevi Muraday.
Voz en off Oscars: Irene Escolar

Nave 73

Fechas:  Domingos de octubre de 2015 PRORROGADO DOMINGOS DE NOVIEMBRE 2015: 1, 8, 15, 22 Y 29 
Hora: 13:00 horas
Precio: 12€ – 14€

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