Crónica de «Diario de un Loco»» de Gógol. Dirección de Luis Luque

Diario de un loco

Diario de un loco vuelve a la cartelera madrileña en el Matadero a partir del 18 de octubre 2013

Crónica de «Diario de un loco» 

Crónica de una función en una noche de verano*

Noche de estío en la terraza del Matadero en Madrid. Congregación sigilosa como de secreto rito de madrugada, procesión en murmullo expectante. En lo alto imperio de blanco lunar. Brisa traviesa de hora exquisita. Oscuro.

El silencio se rompe. Un hombre clama señalando al satélite, pide que la integridad física del astro sea preservada. Miro al cielo buscando lo albo. Lo encuentro radiante en hermosura. Todo lo bello es frágil y efímero ¿Qué hay sinrazón en aquél que quiere proteger la belleza?

Los días se acumulan junto a los sinsabores. Cada día una decepción. Cada nuevo desengaño se apila pesado sobre el anterior hasta que, colmada la medida del dolor, la atalaya construida de desilusión y llanto se desborda en un torrencial coro de burlas y amonestaciones. Incluso la iniquidad de los animales es fieramente rubricada en paranoicas misivas imaginadas. Humanos y bestias se conjuran para humillarle. El juicio, exhausto, se escapa por las heridas

La naturaleza se enardece en ese parque de Madrid. Como si las desgracias de nuestro loco azuzaran al viento que se agita también indignado en la azotea. Siento un estremecimiento no sé hasta dónde es el fresco, hasta dónde es la compasión por el dolor que está siendo representado.

Y si todas las heridas agostan el alma, las que más marchitan son las del desamor. Pero, ¿cómo poder atrapar lo que ha sido tan esquivo, tan distante y frío como un cuerpo celeste? Tal vez si el desafortunado lunático consiguiera sublimar su estado y, así, elevado, escapar de la injusticia de su raquítica condición sería posible, desde lo alto, alcanzar la desconocida dicha de ser amado. ¿Hay déficit de cordura en quien desea verse perfeccionado para merecer afecto? Si es eso locura estaremos todos emponzoñados de ese mal.

Los días. Los días. Los días. Tal vez se podría evitar el desmoronamiento si fuese posible detener la persistente cadencia de los días, de los agravios.

Aksanti Ivanovich comparte cierta lucidez venerable de sabio arcaico con otros legendarios perturbados rusos como el turbio Raskólnikov o como el loco literario ruso por antonomasia, el yuródivïy, “el loco en Cristo” que puebla tantos pasajes de las letras rusas,como aquel maravilloso “Ivanitch el Inocente” del Boris Godunov de Pushkin que, a pesar de sufrir las crueles chanzas de los niños, por virtud de su santidad, puede, sin embargo, hablar con libertad incluso frente a la mismísima majestad imperial: “No se puede rezar por el Zar Herodes, la Virgen Santa lo prohíbe” le espeta al homicida soberano. Ese mismo loco que convertido en personaje de ópera por Músorgski se lamenta conmovedoramente, con clarividencia de filósofo senatorial, del infausto destino de la desdichada Rusia: “Lágrimas mías derramaos copiosamente”. En este caso la locura es, además de una condición de extrañamiento y marginación, una puerta abierta por la que se cuelan reflexiones vedadas a los que están en sus cabales y por tanto deben someterse a la servidumbre de la prudencia.

Pero, además, el Aksanti dibujado sensiblemente por Luis Luque e interpretado con magistral oficio por José Luis García-Pérez es un loco tan vulnerable que nos arrebata de ternura. Un ser de mirada infantil y pícara que con los ojos busca travieso nuestra aquiescencia; un loco cautivador que exhala dolor en cada sospecha, en cada protesta, en cada queja. Un hermoso ser humano que cuando alcanza la imaginada púrpura corre, en un primer impulso, a ofrecer a su amada “una felicidad que ni siquiera puedes imaginar”. Un lírico mandatario que quiere proteger la belleza de los astros. Un soberano que lejos de emborracharse de armiño soporta paciente y extrañado el yugo al que le reducen sus súbditos-carceleros y que, finalmente, cuando acepta el evidente colapso de su efímera gloria, liberado ya de la mistificación del absurdo reinado, reclama con profundo desvalimiento la ayuda de una madre ausente.

Finalizada la función, la magia de los aplausos profusos y sinceros. El cruce de miradas con mis amigos expresando la satisfacción por haber compartido esta función mágica que enriquecerá nuestro recuerdo común.  La admiración inmensa por el trabajo bien hecho. La interpretación inmaculada José Luis García-Pérez la escenografía sencilla pero profundamente simbólica y efectiva de Mónica Boromello con algunos elementos escénicos, creados en colaboración con Alessio Meloni, que solo pueden ser calificados como monumentales aciertos, la música evocadora de Luis Miguel Cobo, el vestuario de Paco Delgado  y, con permiso de todos, la genialidad y la profunda humanidad del director del montaje, Luis Luque cuya benevolente mirada y consistente talento han dotado de un hermoso lirismo a este personaje maravilloso personaje en el que reconocemos a la vez anhelos y miedos.

Producción: García-Pérez y Desde el Tejado Produce

Dirección: Luis Luque

Ayudante de dirección: Tacuara Casares

Intérprete: José Luis García-Pérez

Creación sonora: Luis Miguel Cobo.

Espacio escénico: Mónica Boromello

Ayudante de escenografía: Alessio Meloni

Vestuario: Paco Delgado

Próximas representaciones: En Matadero Madrid desde el 18 de octubre hasta el 17 de noviembre de 2013

Entradas en Telentrada

 

* La crónica se escribió después de una de las representaciones que tuvo lugar en la azotea del Matadero durante el Fringe 2013

Crónica de «Cerda» de Juan Mairena

Imagen

Teatro Alfil. Sábados y domingos septiembre 2015. Entradas en Atrapalo

[Actualizado 02 de septiembre de 2015]

Y sí, Cerda es una obra compleja que, a pesar de mostrar una pátina de una más que evidente vocación petarda y popera, tiene, además, un calado mucho más profundo y serio. Cerda es una gema laboriosamente facetada en la que el primer destello que deslumbra al espectador es el copioso juego de referencias que llegan abundantes desde mundos diversos como la televisión, la pintura, la música, el cine o el universo freak de internet. Desde The Walking dead y Homeland hasta Gertrude Stein y Dalí pasando por las videntes de la tele o por la fallida aproximación casera al método del Actors Studio perpetrada por Sonia Monroy.Cerda 2

Y es que Cerda hace un vertiginoso viaje desde el imperecedero glamour protochochi de Divine hasta la inmersión en el acervo lingüístico rural español con la justísima rehabilitación de locuciones rústicas de resultado tan impredecible pero siempre tan drástico, como el contundente «meter en verea» .

También es una obra rica en analogías y figuras simbólicas: ya en la presentación de la madre superiora, Sor Leona (Dolly), esta comienza enunciando la receta del membrillo evocando el efecto alienante que cierta educación mal considerada cristiana provoca en las jóvenes novicias: «se les quita el corazón, se remueve con cuchara de palo, se mete en moldes, etc». Soy especialmente «fans» de esa audaz relación a tres bandas que, en plan leitmotiv, sobrevuela alguna de las escenas más intensas de la obra, en la que uno de los elementos más fascinantes de la astrofísica, como son los agujeros negros, es audazmente comparado con una rosquilla del santo. Rizando el rizo, a su vez, esos dos elementos tan dispares entre sí –agujero negro y rosquilla mañanera que hace que nuestros días sean redondos– le sirven a Mairena para crear la potente imagen de una herida abierta en el alma a través de la cual se puede ver a una innominada niña solitaria,  jugando inocente y sola en la orilla del mar con olas niñas como ella.

Cartel cerda 9

Y, como digo, este nutrido compendio de referentes actuales junto con el oportuno revival de tendencias bastante desfasadas, –la antediluviana Madonna, es un elemento vintage recurrente de la trama–, además de delirantes situaciones surrealistas –impagable el test de italianidad al que es sometida sor Katana (María Velesar)–, bien vale una visita al Teatro Alfil para echar unas risas, matar saudades y reflexionar un poco sobre los problemas sobre los que pivota este texto dramático: la identidad de género y la justicia, ya que, como sostiene Mairena, para que haya justicia la premisa es nos aceptemos nosotros mismos y también que nos acepten los otros como realmente somos.

El enloquecido humor de esta obra, es sólo una de las caras del chatón tan magníficamente tallado por Mairena. De hecho, en mi opinión, el gran peligro de esta propuesta radica en que el apabullante delirio místico-transexual impida, en cierto modo, apreciar el profundo lirismo y la riqueza simbólica con que está tratado el grave asunto que compone el meollo de este texto.

La obra fue estrenada con éxito en Argentina –en una producción local– en lo que supuso la primera incursión internacional del texto.

Recomiendo a los que se hayan sentido intrigados por el subtexto de Cerda que se animen a leer la obra y comprueben que está lejos de ser una comedia superficial. Cerda fue editada por Ediciones Antígona.

Presentación Cerda (Ediciones Antígona)
Presentación Cerda (Ediciones Antígona)
Sor Katana (María Velesar)
Sor Katana (María Velesar)

Y es que Cerda no es un título elegido al azar. Cerda va de comportamientos de pocilga. Va de seres humanos que deciden jugar a ser Dios con otros seres humanos. Va de esos cerdos y cerdas, que en toda época y lugar, respaldados por un credo, una ideología o por la supuesta autoridad moral que creen ostentar por gracia de su pertenencia a una determinada institución o grupo, se permiten, no sólo juzgar, sino también disponer de la vida de los otros, especialmente cuando estos otros son más vulnerables, es decir, en la niñez. Las profundas cicatrices que esculpirán en la infantil piel de estas víctimas inocentes las arbitrarias decisiones de estos jueces de cochiquera serán profundas y permanentes, sus afectos quedarán desvirtuados, su identidad desestructurada como carne de membrillo, su futuro malogrado. Sí, Cerda va de angelillos cuya opción a la felicidad ha sido abortada por habérseles robado el amor primero, el de sus madres.

Un acierto de esta propuesta es que a pesar del lamentable tema que trata Cerda no es una ejercicio de revanchismo, ni un panfleto –los mítines no son el territorio de los buenos dramaturgos, para eso están los estadios y las catedrales, los políticos y los curas–, tampoco es un ajuste personal de cuentas pero sí es un bello ejercicio para, desde un lenguaje disparatado y una exposición surrealista, contar una historia muy real y muy triste. Pero eso sí, aunque sin caer en el bíblico «ojo por ojo» al menos sí podemos desear que cada palo aguante su vela.

La voz de Mairena es singular y el ritmo muy personal, esCerda 1 frecuente que un monólogo reflexivo y existencialista progrese con una sola frase hacia lo grotesco. A nivel teatral hay escenas de gran lucimiento como la de la médium en la que un involuntario diálogo a tres bandas trasforma el significado de las palabras para cada interlocutor.

Inma Cuevas, la primera Sor Cicilia, recibió el Premio de la Unión de actores  a Mejor Actriz Secundaria de Teatro por este trabajo decano del Off  madrileño que en agosto de 2015 pasó, por fin, al circuito comercial. En la actualidad Carolina Herrera construye un personaje formado a partes iguales de humor y ternura.

Es imperativo destacar el sobresaliente trabajo de Dolly (Sor Leona) que controla impecablemente el cómo y el cuándo. Perfecta dando el énfasis adecuado –siempre indefectiblemente desbordado– a cada uno de los chascarrillos o rebuznos de su disparatado y esperpéntico personaje.

Por esa insólita capacidad para conectar lo desaforadamente popular con lo excelso, considero que Juan Mairena, tal vez sin proponérselo, es una especie de Junot Díaz español. Mairena es ese capaz de lanzar puentes entre Raffaela Carrà y Carl Sagan, entre la heroica poesía de Santa Teresa de Jesús y el pesadísimo aflamencamiento fumeta de Pastora Soler. ¿Cómo lo hace? No tengo ni idea, solo sé que lo hace y que funciona increíblemente bien. Y si queréis comprobarlo solo tenéis que dejaros caer por el Teatro Alfil.

Fechas y horarios: SÁBADO 20:00 DOMINGO 20:30 en el TEATRO ALFIL

CERDA

Dramaturgia y dirección de Juan Mairena

Elenco: Dolly, Carolina Herrera, David Aramburu, Soledad Rosales y María Velesar

Ayudante de dirección: Pablo Martínez Bravo

Escenografía: Blanca Moltó

Iluminación: Rodrigo Alonso García

Vestuario: Íñigo Sádaba

Coreografía: Pablo Martínez Bravo

Producción: La caja negra teatro

Artículo «»Misántropo» de Miguel del Arco y Kamikaze. Dossier, cartel y gira

misantropo

Dossier

2013

OCTUBRE

18.- Teatro Palacio Valdés. Avilés

19.- Teatro Jovellanos. Gijón

NOVIEMBRE

8.- Teatro Bretón. Logroño

9.- Teatro Principal. Vitoria

16. Teatro Adolfo Marsillach. San Sebastián de los Reyes

30.- Teatro Circo. Murcia

DICIEMBRE

Del 13 al 15.- Teatro Calderón. Valladolid

2014

ENERO

10 y 11.- Teatro de Rojas. Toledo

17 y 18.- Palacio de Festivales. Santander

24 y 25.- Teatro Alhambra. Granada

31.- Teatro Central. Sevilla

FEBRERO

1.- Teatro Central. Sevilla

20.- Teatro Auditorio. Cuenca

MARZO

Del 20 al 23.- Teatro Arriaga. Bilbao

ABRIL

30.- Teatro Español. Madrid

MAYO

—- Teatro Español. Madrid

JUNIO

Hasta día 15.- Teatro Español. Madrid

27 y 28.- Teatro Cuyás. Las Palmas de Gran Canaria

Equipo artístico
Israel Elejalde
Bárbara Lennie
José Luis Martínez
Miriam Montilla
Manuela Paso
Raúl Prieto
Cristóbal Suárez

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Ficha técnica

Dirección y Versión
Miguel del Arco
Diseño de sonido
Sandra Vicente
Diseño de iluminación
Juanjo Llorens
Escenografía
Eduardo Moreno
Vídeo
Joan Rodón
Música
Arnau Vilà
Vestuario
Ana López
Producción ejecutiva
Aitor Tejada

Una producción de Kamikaze Producciones en coproducción con Teatro Español de Madrid y Teatro Calderón de Valladolid y la colaboración del Teatro Palacio Valdés de Avilés

vía Kamikaze Producciones.