«FiraTàrrega 2016, una retrospectiva» por Miguel Pérez Valiente

La trigésimo sexta edición de FiraTàrrega terminó hace apenas unos días y, todavía bajo los efectos de la fantástica sensación de resaca teatral, me propongo hacer un breve balance de esta edición así como un breve diario de mi experiencia con comentarios sobre alguno de los espectáculos a los que he podido atender.

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Presentación de la 36 edición de Fira Tárrega. Foto: Miguel Pérez Valiente

Cuando Jordi Durán tomó posesión como director artístico, allá por el año 2011, advirtió que el festival había caído en la fiebre de las cifras lo que forzaba a que cada año el objetivo llegase más lejos aumentando público y programación. Así pues, al comenzar su mandato, Durán se impuso la tarea agarrar las riendas de ese caballo desbocado de los números y poner en valor lo verdaderamente importante del evento, esto es, el hecho escénico que tiene lugar durante el Festival.

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El diván de la peluquería Foto: Miguel Pérez Valiente

En ese sentido, FiraTàrrega, al frente de cuya dirección ejecutiva se encuentra desde el año pasado Oriol Martí Sambola, no quiere ser interpretada en términos de éxito o fracaso sino que persigue ser interpretada como lo que es, un proyecto. Uno, además, en el que la participación ciudadana y el encuentro entre espectadores y creadores es un objetivo. El lema de este año ha sido la interculturalidad y ha tenido como país invitado a Chile.

Aun teniendo en mente esta sensata reflexión, es también conveniente hacer un breve repaso de algunos datos numéricos arrojados durante esta edición del Festival por la que han pasado cerca de 147.000 personas en los cuatro días de duración del evento.

Presupuesto

El presupuesto de esta edición ha sido de 1.121.300 euros del que casi el 75 % (837.800 euros) corresponde a subvenciones de las diferentes administraciones: local, provincial, autonómica y estatal.

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En cuanto a la participación el gabinete de prensa de la Fira nos envía estos datos:

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Espectáculo Inaugural Foto: Miguel Pérez Valiente

En cuanto a la participación artística, se han llevado a cabo un total de 263 representaciones de 60 espectáculos, de 57 compañías nacionales e internacionales, que se han llevado a cabo gracias a la participación de 391 artistas de todo el mundo.

Este año la Fira ha registrado un total de 887 profesionales de 505 entidades. De estos 547 son catalanes, 150 del resto del estado y 190 internacionales. La Llotja ha acogido un total de 53 expositores y 54 actividades, reuniones y presentaciones profesionales.

En relación a los espectadores, de las 140 funciones de pago se han agotado 120 sesiones, lo que supone un 85,7% de los espectáculos. Se han registrado 8.839 entradas vendidas y 5.553 invitaciones para profesionales, lo que da una cifra total de 14.392 localidades, un 87% de ocupación.

MERCADO DE ARTES ESCÉNICAS

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Área de Exhibición de la Lotja. Foto: Miguel Pérez Valiente

La presencia de tantos profesionales de dentro y fuera de España (programadores, productores, responsables de espacios, etc.), además de la abundante representación de la prensa especializada, convierten a FiraTàrrega en un verdadero mercado internacional de artes escénicas. Esta concentración de profesionales ofrece a las compañías la posibilidad de conseguir, no solo visibilidad para sus espectáculos sino también opciones reales de contratación. Es precisamente en el éxito de convocatoria a profesionales en lo que fallan otros eventos similares como hemos advertido en otras entradas de este blog.

PARTICIPACIÓN CIUDADANA

La organización del festival apuesta por la programación de piezas que favorezcan la participación de la ciudadanía. En este sentido, no se busca sustituir a actores y actrices por personas que no son profesionales de las artes escénicas, sino que se integra a personas con inquietud artística pero que no vienen del mundo teatral en espectáculos cuya participación es coherente para la consecución del discurso que persigue la propuesta. Se trata, por ejemplo, de la pieza que mostró la compañía valenciana El pont flotant, El fill que vull tindre [El hijo que quiero tener], resultado de un taller de creación escénica en el que la participación de niños y abuelos era necesaria para provocar una reflexión sobre el dialogo intergeneracional. En total han participado 120 ciudadanos en diferentes propuestas.

LOS ITINERARIOS

60 espectáculos en 4 días supone un reto a la hora de decidir qué es lo que uno quiere ver ¡sin morir en el intento! Como muchos de los pases se venden completamente antes de que empiece el festival, mi consejo es que hagáis el «encaje de bolillos» semanas antes del comienzo de la feria para aseguraros así de que vais a poder ver todo aquello que os interesa.

Oferta de espectáculos gratuitos y sistema de descuentos

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Foto: Miguel Pérez Valiente

Además de la amplia oferta de espectáculos gratuitos, FiraTàrrega ofrece a los visitantes un encomiable sistema de descuentos por compras múltiples así que entre los espectáculos gratuitos y el descuento (de hasta el 40 %) hacen que, a diferencia de otros festivales, la compra de entradas no sea un tema excesivamente gravoso para los espectadores que se desplazan hasta el lugar con ganas de aprovechar el evento a fondo.

A pesar de que la organización propone unos divertidos itinerarios: «Donald & Melania Trump»; «Maradona & Amy Winehouse», etc. Yo realicé mi propio programa. Sobre este punto se podría señalar que, en esta edición, a partir de las 14:00 y hasta las 18:00 aproximadamente, había un espacio de tiempo con poca programación. Esto provocaba que la tarde-noche tuviese demasiada concentración de espectáculos, mientras que durante el lapso señalado las opciones fuesen bastante escasas.

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Mi itinerario para FiraTàrrega 2016

Variedad de géneros, propuestas y espacios

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Taller infantil We are the robots

La estupenda selección de espectáculos permite al visitante elegir entre muchos lenguajes escénicos: Danza, danza urbana, circo contemporáneo, comedia física, teatro (físico, de calle, de objetos, site specific, infantil), instalaciones, etc. Además, la Fira ofrece una número considerable de talleres que favorecen la participación ciudadana, uno de los objetivos que persigue el evento.

El carácter internacional de la muestra también permite aproximarse a la creación de otros países. En mi itinerario escogí propuestas internacionales de Francia, Suecia, Chile y México.

Con respecto a los espacios cualquier rincón de la ciudad de Tàrrega es susceptible de albergar un espectáculo. Desde una plaza, un teatro convencional, un colegio, en campo abierto o, incluso, como hemos experimentado este año, debajo de un puente.

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El montaje «A mí no me escribió Tennessee Williams» se presentó bajo un puente. Foto: Miguel Pérez Valiente

MI DIARIO DE LA FIRA

Día 8 de septiembre 2016. Jueves

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Presentación de la 36 edición de Fira Tárrega. Foto: Miguel Pérez Valiente

El espectáculo inaugural en esta edición pasó a horario de tarde ya que el formato  «una explosión de color» de esta propuesta de danza teatro necesita de luz diurna. The colour of time de la compañía francesa Artonik consiste en un desfile coreografiado que recorriendo las calles de la ciudad acaba en la plaza mayor en donde tuvo lugar un verdadero huracán de color.

A pesar de lo vistoso del evento, no resultó especialmente novedoso –quizá se está abusando demasiado de las versiones europeas del Festival Holi indio– y, definitivamente, era poco práctico si se quería, como era mi caso, asistir a otros espectáculos durante la velada. Aun así, hay que señalar que la gente (de todas las edades) se mostró encantada dándose ese baño «purificador» de polvos de colores que yo vi desde la barrera.

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Afluencia masiva para The colour of time de la Cía. Artonik. Foto: Miguel Pérez Valiente

Mi siguiente estación fue CORROC o, mejor dicho, COR ROC de la compañía Escarlata Circus. FiraTàrrega me  dio la oportunidad de sacarme la espinita por no haber podido verlo en el Frinje Madrid el pasado mes de julio. Se trata de una hermosa propuesta llena de poesía centrada en la iconografía pétrea del corazón presentada en un evocador juego de luces y sombras.

La primera propuesta internacional a la que asistí en esta edición del festival fue el montaje All genius all idiots de la joven compañía sueca Svalbard, una pieza que combina circo, comedia y música con momentos espectaculares aunque también con una molesta inclinación al efectismo. Un espectáculo exigente para los intérpretes que muy aplaudido a pesar de contar con una línea argumental algo borrosa.

Día 9 de septiembre 2016. Viernes

El día comienza con una interesante pieza de danza en la calle que tuvo lugar en una Plaza Mayor atestada de espectadores. Se trata de Menar de Joan Català y Roser Tutusaus quienes, utilizando una cuerda de 30 metros, consiguen delimitar un área para la danza dentro del espacio que hasta ese momento ocupaba el público. Un espectáculo de ecos circenses en el que los dos bailarines se entrelazan formando un diálogo de imágenes que evocan la curiosidad del descubrimiento del otro.

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Menar de Joan Català y Roser Tutusaus. Foto: Miguel Pérez Valiente

A las 12:45 comienza mi nueva cita me lleva a otra zona de la ciudad. En el Espai Reguer se ha montado una teatro de bolsillo para 16 espectadores en donde tendrá lugar una breve pieza (15 minutos) para todos los públicos de Teatro de Objetos. L’oníric món de DINS es el primer proyecto de la compañía Holoqué en el que los hologramas y los objetos encajan con mucha perfección técnica para contar una historia cuya dramaturgia resulta algo básica.

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Teatro miniatura para L’oníric món de DINS de la Cía. Holoqué. Foto: Miguel Pérez Valiente
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Si sabes lo que hay Foto: Miguel Pérez Valiente

Si sabes lo que hay de Fundación Collado-Van Hoestenberghe era, para  mí, uno de losplatos fuertes de esta edición de la Fira. Conocí hace años el trabajo de Barbara van Hoestenberghe y Ernesto Collado cuando trajeron a Fringe Madrid su fabuloso Montaldo. La pieza, estrenada en el Grec  2016, se presenta en un espacio diáfano, sin butacas por el que el público deambula siguiendo las instrucciones de un Ernesto Collado convertido en una especie de santón guasón y algo chabacano que no duda en arrogarse el poder de la intermediación energética. Divertido no, lo siguiente…pero con miga: A pesar del aspecto estrafalario del protagonista y de sus consignas ininteligibles, el público no duda en ponerse a sus órdenes (lo que plantea un inmediata reflexión sobre la obediencia), entrando en una especie de juego-comunión que termina con un cuarto de hora de danza grupal antes de recibir una catártica lluvia de oro.

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Robert G. Alonso protagoniza A mí no me escribió Tennessee Williams Foto: Miguel Pérez Valiente

Cuando me dirigía al punto de encuentro indicado por la organización, desde el que íbamos a ser trasladados al siguiente espectáculo iba pensando en que la jornada teatral ya había sido más que provechosa. No era consciente de que la Fira aún me reservaba dos sorpresas. La primera sería el lugar en el que se iba a representar la siguiente pieza, debajo un puente atravesado por un hediondo riachuelo. A mí no me escribió Tennessee Williams es una dramaturgia de Marc Rosich que defiende admirablemente Robert G. Alonso. Un espectáculo que combina el teatro de texto y performance con buenas dosis de danza, música y toda la parafernalia de los espectáculos drag. La pieza es una historia de fracaso pero también de rebeldía, de elecciones y de frustración en la que la fantasía de la moda sirve como revulsivo ante el horror del entorno. Dramáticamente tiene momentos estupendos alcanzando un punto álgido en la escena en el que la protagonista pregunta de forma retórica «¿Acaso no es esto teatro político?», a partir de ahí, la función pierde un poco de fuelle debido a un final demasiado estirado en el que se repiten elementos que ya han sido mostrados con anterioridad. En cualquier caso, una experiencia más que recomendable.

La última propuesta del día fue Fulgor de la compañía chilena (país invitado en esta edición) Niño proletario. Un trabajo con un exhaustivo proceso preparatorio, que reflexiona sobre los procesos migratorios hacia Chile desde los países vecinos. Una propuesta con imágenes impactantes que abusa de arquetipos y adolece de una coherencia argumental deficiente lo que impide que el espectador se llegue a sentir realmente conmovido con lo que está viendo.

Día 10 de septiembre 2016. Sábado

La mañana del sábado la ciudad de Tàrrega es una fiesta. Familias de fin de semana se mezclan de buen rollo con un montón de alternativos (hippies y otras faunas urbanas) que también acuden a la ciudad durante la Fira. Los niños se concentran alrededor de la infinidad de propuestas de calle dirigidas para ellos. Muchos adultos también nos quedamos hipnotizados con el trabajo de los clowns, músicos y acróbatas que verdaderamente toman la calle llenándola de vida y arte.

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El diván de la peluquera de la Cia. Sienta la cabeza. Foto: Miguel Pérez Valiente

También en el espacio público se sitúa la instalación El diván de la peluquera es una instalación interactiva, propuesta de la compañía Sienta la cabeza. Muchos elementos del mundo de la peluquería se convierten en elementos de trabajo aunque el rulo es el que alcanza la categoría de objeto icónico del montaje. Financiada a través de crowdfunding y, con el apoyo del Laboratorio de Creació de Fira Tàrrega y el Festival de Creació Contemporània Escena Poblenoutuvo, su estreno absoluto en FiraTàrrega donde psicopeluquera Madame Fafá y sus colegas invitaron a algunos espectadores a participar en un cambio de look que aspira a una trasformación más allá de lo  simplemente estético.

Misa fronteriza, el siguiente espectáculo que vi el día 10, también me provocaba mucha curiosidad. El teatro mexicano que llega a España casi nunca defrauda y este fue una vez más el caso. El texto que firma Luis Humberto Crosthwaite y que pone en pie Gorguz Teatro y Universiteatro, propone una liturgia apócrifa sobre los conflictos que originan las fronteras. El hilo conductor el nuevo estilo musical que apareció hace unas décadas entorno a la frontera entre los Estados Unidos y México. Un dúo de música norteña (acordeón y bajo sexto) harán los coros a un oficiante que comulgará con tortillas de maíz y tequila exaltando hacia la divinidad al cantante y compositor mexicano José Alfredo Jiménez.

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Misa fronteriza de Gorguz Teator y Universiteatro. Foto: Miguel Pérez Valiente

Día 11 de septiembre 2016. Domingo

Empezar el día con un nuevo trabajo de los valencianos El Pont Flotant es un privilegio. El fill que vull tindre [El hijo que quiero tener] es el resultado de un taller en el que han participado ciudadanos no profesionales de las artes escénicas. El Pont plantea un diálogo intergeneracional y una reflexión desde la sencillez argumental (como suele ser habitual en ellos) sobre los pros y contras de la paternidad. Como siempre una propuesta impregnada de humanidad con momentos físicos muy logrados (fantástico trabajo en el movimiento de los «niños» representados por piezas de plastilina) y un par de imágenes de lo más logrado de todo lo que he visto en la Fira en esta edición.

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El hijo que quiero tener de El Pont Flotant. Fotografía: Miguel Pérez Valiente

La cocina pública de Teatro Container era otro de los montajes llegados desde Chile y también una de las piezas en la que han participado ciudadanos de Tàrrega. La propuesta persigue propiciar un encuentro social alrededor de la cocina y la mesa. El resultado fue entretenido pero superficial con escasa interacción entre los comensales y las cocineras, vecinas de Tàrrega. Una iniciativa con mucho aparato explicativo y una puesta en escena atractiva en la que la música también tuvo protagonismo, pero que se quedó corta a la hora de explorar los mecanismos socializadores que se disparan a través de la mesa y la gastronomía.

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La cocina pública. Teatro Container. Foto: Miguel Pérez Valiente

De la compañía que dirige Daniela de Vecchi, LAminimAL, nacida en de una residencia en la Sala Beckett de Barcelona allá por 2010, pude ver un montaje coproducido por la propia FiraTàrrega dentro de su Programa Apoyo a la Creación, Apocalypse Uploaded, la transhumantzació de les Abelles, un site specific postapocalíptico que ya se presentó en Frinje Madrid 2016 sin mucha repercusión. Sombras de seres humanos enumeran una y mil formas de la destrucción del mundo y la especie. Estéticamente impecable, creo que es una propuesta muy interesante para todos aquellos que busquen nuevos lenguajes escénicos.

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Apocalypse Uploaded, la transhumantzació de les Abelles de la Cía. LAminimAL. Foto Miguel Pérez Valiente

Fue una feliz casualidad que el montaje que más me gustó de esta trigésimo sexta edición de FiraTàrrega fuese el último que vi: Hazte banquero. Tarjetas Black: todo lo que quisieron ocultarte, con sus propias palabras, es una pieza de teatro documental al estilo de otras piezas que han intentado reflejar la podredumbre del sistema político-económico español (Ruz-Bárcenas de Jordi Casanovas o Camargate de Jordi Yamam-Serrano) que reconstruye la indecente «fiesta» de la que disfrutaron los gerifaltes y consejeros de Caja de Madrid en los tiempos de la presidencia de  Blesa, a través de los transcripción casi literal de los correos del propio presidente de la entidad filtrados por un informador anónimo. Estos 400 emails, junto con otra documentación aportada por la plataforma de activismo anticorrupción Xnet, más la información recogida por el movimiento 15MpaRato que presentó una querella ante la Audiencia Nacional en nombre de muchos ciudadanos estafados por la gestión de Rodrigo Rato al frente de la entidad, es el material que han adaptado Simona Levi y Sergio Salgado para componer una dramaturgia no exenta de humor  e ironía que, además de informar de forma clara sobre lo ocurrido, nos invita a reflexionar sobre el potencial de empoderamiento de la ciudadanía cuando ésta toma la iniciativa en vez de delegar la defensa de sus intereses en partidos políticos u otras asociaciones como los sindicatos u otros organismos públicos.

Simona Levim,bién es responsable del espacio Conservas (sede social de la plataforma de activismo anticorrupción Xnet), es la directora del montaje. Tres actores: Albert Pérez (Miguel Blesa);  Josep Julien (Enrique de la Torre, Secretario General de la entidad) y Elies Barberà (resto de personajes) dibujan un entorno de personajes desvergonzados donde la ambición es la única motivación. Su desparpajo farsesco provoca carcajadas en el público que se mezclan con expresiones de escándalo y bochorno ante lo que se está presenciando.

Este montaje estará durante unos días en el Teatro Fernán Gómez de Madrid Octubre 5, 6, 7 y 8, 20:00 h / Octubre 9, 19:00 h 

Próxima edición

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 FiraTàrrega 2017 del 7 al 10 de septiembre. Foto: Miguel Pérez Valiente

Septiembre 2012 / agosto 2013. Un año de teatro. Miguel Pérez Valiente para Pastiche

Septiembre 2012/ agosto 2013. Un año de teatro. Miguel Pérez Valiente*

Artículo publicado el 5 de octubre de 2013 en el número 7 de  la revista Pastiche 

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Pastiche nº 7

 

La intención de escribir unas líneas sobre el curso teatral recién concluido obedece mucho más a un deseo de dejar testimonio de una experiencia en el plano personal que al propósito de elaborar un exhaustivo catálogo de las obras representadas en Madrid desde septiembre 2012 hasta finales de agosto pasado. Este recorrido no persigue hacer un sesudo tratado teatral ni un inventario de virtudes y calidades de la cartelera entre septiembre de 2012 y este pasado agosto. Se trata, más bien, de fijar en el papel algunas emociones, reflexiones y sucintas consideraciones, muy personales, ergo subjetivas, con el deseo de celebrar lo que ha sido, con todo el componente heroico que la precaria coyuntura económica conlleva, un muy provechoso año de teatro en la ciudad de Madrid. Asimismo este artículo rinde homenaje a esas salas y creadores que asumiendo no poco riesgo personal siguen por la gracia de su esfuerzo inundándonos de entusiasmo hacia la expresión escénica. Gracias a ellos que nos abren puertas mentales y nos reinfectan de ese transformador virus del teatro.

Faltarán en estas notas muchas de las obras que han despuntado ya que ni el espacio, necesariamente limitado, de este artículo lo permite, ni el autor de este compendio conoce toda la extensa oferta que se ha presentado en la ciudad durante este periodo ni pretende crear ningún tipo de jerarquía en método de exposición, por lo tanto, intentar elaborar un listado meticuloso y jerárquico sobrepasaría ampliamente el objetivo de esta reseña. El único criterio que interferirá con la libérrima potestad de la memoria, y esto sólo en contadas ocasiones, será el ánimo de destacar aquellos trabajos de notable calidad que por cualesquiera que sean los motivos entienda el autor que no han tenido toda la difusión que a sus méritos correspondía.

Madrid es Off

El curso recién terminado ha visto la absoluta consolidación del circuito Off madrileño. Por el número de salas abiertas, que a pesar de algún doloroso cierre, se ha visto incrementado en términos absolutos; por la variedad y la calidad de la oferta y, sobre todo, por la valentía, el empeño y la vocación de gestores, programadores, compañías, actores, directores, dramaturgos, etc., el Off se ha establecido como un verdadero motor de la vida cultural de la ciudad. Su dinamismo, su flexibilidad, la frescura de sus propuestas y la capacidad para atraer a talentos emergentes e integrarlos junto a valores ya consagrados supone un enorme valor añadido a la oferta de la escena madrileña.

A la cabeza de las salas alternativas se encuentra, en mi opinión, La Casa de la Portera verdadero buque insignia de este fenómeno y espacio imprescindible para entender qué es lo que se está cociendo en Madrid a nivel teatral. En apenas un año de existencia y con sólo dos temporadas a su espalda ha demostrado una especial lucidez a la hora de programar, consiguiendo atraer hacia su proyecto, en tan breve espacio de tiempo, a una pléyade de artistas como Paco Bezerra, Luis Luque, Carlos Be, Miguel Albadalejo, José Padilla, Francesco Carril, Denise Despeyroux o Rubén Ochandiano entre muchos otros, que evidencia la vitalidad creativa que, a pesar de todo, se está generando en los últimos años en nuestro país.

Sin embargo, este vigoroso estallido Off está lejos de ser patrimonio de un solo espacio, muchas otras salas con enorme tenacidad, oficio y grandes dosis de intuición siguen ofreciendo interesantes y muy trabajadas programaciones: Cuarta Pared, Sala Triángulo, Kubik Fabrik, Sala Mirador, Lagrada, Teatro Pradillo, Off del Teatro Lara, Nudo Teatro, Teatro la Puerta Estrecha, Sala Montacargas, La Usina, Azarte, Sala Tarambana o las nuevas y pujantes incorporaciones como El Sol de York, Teatro del ArteSala Tú y Nave 73 junto con encantadores teatros “joya” como los Teatros Guindalera o Tribueñe; espacios dirigidos a favorecer la creación artística como Draft.inn o Nuevo teatro fronterizo y escuelas de artes escénicas con programación propia como Bulubú y Plot Point, entre otras. En el reverso de la moneda hay que lamentar el cierre de algunas salas como el Teatro Arenal, el Arlequín y, muy especialmente, el querido Garaje Lumière cuya aportación ha sido fundamental para este despegue del circuito Off.

Quizá uno de las consecuencias más interesantes del acercamiento que propicia la mayor flexibilidad de la escena Off ha sido un contacto cualitativamente mucho más rico con las audiencias y una sensibilización por parte de salas y programadores sobre la importancia de mantener vías de comunicación con el público. A través de las redes sociales, blogs o revistas en línea se han ido articulando grupos de aficionados que desean tener una mayor implicación en el fenómeno escénico. Se trata de superar la antigua distribución de roles en la que únicamente se esperaba del espectador que comprase su entrada y aplaudiese al finalizar la función mientras que toda la iniciativa quedaba en manos de programadores, creadores y teatros. Cada vez más programadores desean recibir el feedback de sus audiencias no sólo en términos de resultados de taquilla o mediante estáticos “encuentros con el público” al final de la función; han entendido la importancia de ganarse la complicidad de los espectadores involucrándoles en sus proyectos incluso durante el proceso creativo. En este sentido, resulta especialmente interesante la iniciativa de algunas salas y teatros de acoger a espectadores activos durante los ensayos o sesiones de trabajo, algo que no sólo sirve para satisfacer la curiosidad de los espectadores sino que también pueden aprovechar los creadores para pulsar las impresiones de la audiencia incluso desde un estadio embrionario del proyecto. Por otro lado, la gran cantidad de blogs donde aficionados al teatro ofrecen sus críticas teatrales de manera amateur completa, por su visión  fresca y posición menos comprometida, complementan el interesante enfoque de las críticas profesionales.

Especialmente en un momento en el que más y más creadores se vuelven hacia el público demandando apoyo financiero para sus proyectos a través de iniciativas de crowdfunding o micro-mecenazgo es cuando se hace evidente que la correspondencia entre público e industria teatral es un  activo que no debe ser pasado por alto.

¡Goya!, ¡Goya!, ¡Goya!

Quizá si este fuera otro país, si España no fuera, en esencia, el mismo laberinto de trincheras y desconfianza del que Goya tuvo que exilarse, el genio de Fuendetodos sería hoy en día un personaje imprescindible en nuestras tablas. La encrucijada histórica que le obligó a posar sus pisadas de gigante en el traqueteante y siempre inestable puente de madera que separa a las dos Españas y su imaginación prodigiosa fruto de la cual surgió un universo iconográfico emborrachado de desencanto y sabia locura, habrían sido un fértil caño de fresca inspiración al que recurrieran sedientos autores de todas las generaciones. Pero, como digo, esto es España y la Historia nos interesa lo justo. Nos atrae si podemos utilizarla en nuestro argumentario político,  si la podemos arrojar a nuestro oponente como si de una bomba de racimo se tratara en el fragor del debate.  Pero su figura se salva de la manipulación por su extraordinaria dimensión que impide que pueda ser enarbolado como bandera de contiendas actuales. Goya es demasiado grande para ser encajonado dentro de los ínfimos compartimentos sobre los que se construyen las ideologías. Por eso ha sido extraordinariamente feliz que en este curso teatral hayamos tenido en Madrid no uno sino dos estupendos trabajos teatrales sobre la figura del genio:

En enero llegó al CBA, Sala Fernando de Rojas: El sueño de la razón de Antonio Buero Vallejo. Montaje dirigido por Paco Macià con Juan Meseguer en el papel de Goya. Completaban el reparto Eloísa Azorín, César Oliva, Toni Medina, Manuel Menarguez, Vicente Rodado y Verónica Bermúdez. Un montaje de la Compañía Ferroviaria de Artes Escénicas de una belleza plástica sorprendente que llegó a Madrid con incomprensible sigilo, lo que, según mi opinión, no favoreció que cosechase todo el éxito ni tuviera la potente repercusión que merecía. La encrucijada vital de Goya en las últimas semanas de tribulación antes de su salida de España se plasmarían en su Pinturas Negras que en esta producción adquieren la categoría de verdaderas visiones o ensoñaciones proféticas de un futuro incierto lleno de amenazas y peligros.

Una de las últimas obras que pudimos ver representadas en el lamentablemente desaparecido Garaje Lumière fue Lucientes, ¿sois almas en pena o sois hijos de puta? de la compañía La Intemerata Una propuesta llena de vigor y  contenido de Pilar Almansa con vibrante dirección de Rakel Camacho en la que se revisan, en clave actual, algunos de los elementos definitorios del capricho goyesco y del fértil e inquietante imaginario del genio.

Providencial inspiración

A Nuestra Señora de las nubes, de Arístides Vargas con dirección de Lino Ferreira, llegué de una forma algo casual. De hecho, fui a Matadero -en uno de cuyos espacios estaba programando Kubik Fabrik durante las obras que tuvieron lugar en su sede- con la intención de asistir a otra función que se representaba en el recinto. Al darme cuenta de que ese día se presentaba la última función de Nuestra Señora hice un cambio de planes sin más motivo que el de seguir el mandato de uno de esos raros pálpitos que, de improviso, nos inclinan hacia una hermosura que intuimos pero de la que no tenemos ninguna certeza.  Y así fue como el disfrute fue mayor porque en esta afortunada ocasión la belleza de un texto impregnado de poesía y la eficaz interpretación fueron aliadas de la sorpresa de un descubrimiento inesperado.

En este montaje de El Óbolo Producciones, dos exiliados -Inma Nieto y Julio Cortázar-  intentan reconstruir la desvaída memoria de su pueblo, aunque ésta, como precioso paño agostado de tiempo y distancia, se halla deshilachada de su urdimbre. En el proceso de recomposición del tejido emocional de los desubicados aparecen variados y carismáticos personajes construyendo un espacio mágico en el espectador, que ignora cuánto hay de realidad y cuánto hay de recuerdo procesado. La exigencia para los intérpretes es máxima y es de ley manifestar que tanto Inma como Julio pasan la prueba sobrados de talento e inspiración.

El ocaso de los buenos

Una de las propuestas más interesantes de la XIII Edición del Festival Escena Contemporánea fue la que nos trajo la compañía valenciana El Pont Flotant, un trabajo coral de título Algunas personas buenas que pudimos ver en el Teatro Lagrada. La obra está planteada como un extenso flash forward que nos trasladará al tiempo de la vejez de los propios miembros de la compañía teatral, a saber, Àlex Cantó, Joan Collado, Jesús Muñoz y Pau Pons.

En la edad del desarraigo vital, desasistidos de fuerzas y cuando la certeza del inminente derrumbe cristaliza en una desconfianza que como un extenso queloide se instala bajo la ajada piel, estos ancianos, cuyo universo se ha reducido a las cuatro paredes de un bar tan desvencijado como sus olvidados proyectos de juventud, se inflaman de un último y acuciante deseo de dar a esta sociedad enferma un último trabajo que tal vez les redima de todas sus deserciones. Los espectadores podrán acompañarles en el proceso de creación de su canto de cisne. Este último viaje permitirá a los actores realizar un prodigioso despliegue de recursos interpretativos y demostrar su absoluto control del teatro físico. Reflexiones, teñidas de melancolía, sobre la incoherencia entre nuestro discurso y nuestras acciones, sobre el efecto devastador del paso del tiempo sólo levemente mitigado mediante grandes dosis de ironía y humor y sobre la necesidad de sobreponerse a las propias convicciones para poder seguir existiendo. Despojados de discursos y banderas, de proyectos e ideales, emergen, en la fragilidad de un tiempo que se acaba, cuatro personas buenas.

El laberinto de la memoria

La producciones propias del Teatro Guindalera ofrecen unos estándares de calidad tanto a nivel de elección de textos como a nivel  interpretativo tan extraordinariamente altos que hacen que, desde cualquier punto de vista, esta querida sala madrileña sea imprescindible para cualquiera que viva en la capital o se acerque a ésta con la loable intención de ver buen teatro.

La gema que nos han ofrecido esta temporada El Fantástico Francis Hardy curandero es un hermosísimo texto de Brian Friel que fue presentado con la delicada y preciosista dirección de Juan Pastor y las memorables interpretaciones de Bruno Lastra, María Pastor y Felipe Andrés. Un montaje estructurado en cuatro brillantes monólogos en los que tres personajes narran, sin correspondencia cronológica, los mismos sucesos. Además de la dislocación espacio-temporal, cada personaje contará su versión de los hechos desde el condicionamiento de su propia herida. Francis Hardy se debatirá en la duda sobre la posibilidad de su don sanador; Grace dará testimonio de su profunda decepción por el siempre vacilante afecto de Hardy y Teddy, en una asombrosa escena, resolverá alguna de las claves de la pareja al mismo tiempo que hará una afiladísima reflexión sobre los vínculos entre el talento y la inteligencia.

Acudí a esta función en tres ocasiones y en todas ellas salí conmocionado porque el texto incita a la reflexión sobre unas cuestiones de enorme calado vital como la posibilidad del amor, la utilidad del talento o la ilimitada capacidad para decepcionar que tenemos los seres humanos.  Sería un extraordinario regalo volver a ver este montaje que aún tiene mucho que ofrecer.

Por otro lado, muy pronto podremos disfrutar del nuevo montaje de esta sala, Duet for one de Tom Kempinski. Una obra inspirada en la vida de Jacqueline du Pré con dirección de Juan Pastor.

Tratado sobre la destrucción de la belleza

Dentro de la programación de la trigésima edición del Festival de Otoño a Primavera pudimos disfrutar en Teatros del Canal de la propuesta de la autora, directora y actriz, Angélica Liddell, Ping Pang Qiu una producción de Iaquinandi S.L. en coproducción con Comédie de Valence, Centre dramatique national Drôme, Ardèche y Festival Temporada Alta 2012. Una maravillosa reflexión en clave documental sobre la destrucción de la expresión artística en aras de la consecución de objetivos políticos y doctrinarios. Un tema especialmente interesante para un país como el nuestro donde la imposición de la ideología ha sido siempre un asunto más acuciante que la preservación de las creaciones artísticas y culturales acumuladas durante siglos.

A través de una exposición profundamente poética Angélica Liddell relata la sistemática destrucción de la milenaria cultura china durante la era de oscuridad histórica que irónicamente vino a llamarse “Revolución Cultural”. Este infame episodio sirve a la autora de excusa para reflexionar sobre la fragilidad de la creación artística: Destruir un texto sublime se puede hacer con un gesto tan sencillo como lanzar un libro al fuego.

Asimismo durante el montaje aflorarán algunos de los fantasmas y fetiches de la difícilmente clasificable creadora a la que afortunadamente podremos volver a ver en Madrid -una vez más en Teatros del Canal- en la XXXI Edición del Festival de Otoño a Primavera con su nuevo trabajo, Todo el cielo sobre la tierra.

Ellas crearon y siguen creando

Por supuesto, el gran bombazo a nivel de teatro clásico de la pasada temporada ha sido el sensacional montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico La vida es sueño en versión de Juan Mayorga con dirección de la propia directora de la Compañía, Helena Pimenta, y con una impresionante Blanca Portillo en el papel de Segismundo. Poco se puede añadir a lo muchísimo que se ha dicho ya de este enorme montaje que desde el minuto uno gozó merecidamente de la más entusiasta respuesta del público. Además, a partir del 19 de marzo y hasta el 20 de abril de 2014 volverá a estar en cartel en el Teatro Pavón sede temporal de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Es precisamente Fernando Sansegundo,  quien en la  La vida es sueño interpretó el papel de Clotaldo, el autor y director de un interesantísimo trabajo sobre tres creadoras en lengua española que fue otra de los regalos de la temporada. Barrocamiento aprovecha los habituales prodigios que se producen en la noche de ánimas para traer al presente a Sor Juana Inés de la Cruz, María de Zayas y Feliciana Enríquez oportunidad que las tres autoras  utilizan para hacer el panegírico de su vida y obra.  Un trabajo delicioso en el que se enredan a placer el verso de Sansegundo y el de las tres notables escritoras. Una propuesta necesaria, llena de lirismo y de humor inteligente que nos contagia del pálpito creador de estas mujeres que, no sin gran sacrificio personal pudieron sobreponerse a los dictámenes de una sociedad que las relegaba al matrimonio o a la vida consagrada.

La ordenadora de las palabras y el talento desbordado

Enlazando con lo que se comentaba al principio de este apartado sobre la figura de Goya y a la vista de la secular predilección que tenemos en esta nación para olvidar a nuestros ilustres, la obra El Diccionario de Manuel Calzada Pérez con dirección de Juan Carlos Plaza y rotunda interpretación de Vicky Peña en el papel de una de las intelectuales más desconocidas de nuestra historia reciente, María Moliner, fue una gratísima sorpresa y una enorme acierto de programación del Teatro de la Abadía que confió en un autor novel y en un texto inédito. Un texto de una calidad sobresaliente que no sólo rehabilita a María Moliner como la extraordinaria intelectual que fue -incluso si se hubiera quedado en el formato documentalista hubiera sido interesante-, pero lo extraordinario de esta dramaturgia es que, además, nos ofrece el semblante humano de la protagonista en el que descubrimos a un ser lleno de humor, de humildad y de fragilidad. Una mujer que también sufrió la discriminación por razón de su sexo siéndole negado, a pesar de su monumental trabajo, el ingreso en la Real Academia de la Lengua Española. Poco habían cambiado las cosas desde la época de las heroínas de Barrocamiento. Una función interesantísima de inesperado aprovechamiento tanto a nivel estético como intelectual. Una obra necesaria que afortunadamente será rescatada para la programación de la temporada que ahora empieza y que por lo tanto recomiendo encarecidamente.

Otro de los regalos que nos hizo el Teatro de la Abadía en esta temporada recién concluida fue la programación de dos trabajos de Miguel del Arco que, a pesar de tratarse de sendas reposiciones, han sido recibidos por el público con el entusiasmo de los estrenos. Por un lado El juicio a una zorra y por otro la portentosa Función por hacer. De nuevo hay poco que añadir a la abrumadora avalancha de elogios que recibió esta versión libre de del Arco de Seis personajes en busca de autor de Luigi Pirandello. Personalmente creo que La función por hacer es una máquina de crear afición teatral, una clase magistral de dirección de actores y, en fin, un trabajo épico que estará en los anales de la escena madrileña como uno de los más preclaros exponentes de la fuerza expresiva del género escénico. Miguel del Arco prepara en estos momentos su nuevo trabajo El misántropo que promete ser una de las grandes propuestas de la próxima temporada.

Un acontecimiento extraordinario

La adaptación que hizo Luis Luque del Diario de un loco de Nikolai Gógol, extraordinariamente interpretada por José Luis García-Pérez, fue, sin ningún lugar a duda, uno de los hitos de la temporada. La firmeza con la que Luque asió al inquietante personaje de Gógol trasladándolo  con brazo firme por el camino de la poesía desde el amenazante territorio de la esquizofrenia hasta los dominios de la vulnerable docilidad es el valor añadido que consiguió que este cuento desasosegante resplandeciera durante una representación que gracias al oficio del actor  estuvo cargada de intensidad emocional y matices líricos. La sencilla pero siempre evocadora escenografía completó el panorama de una función mágica cuyo regreso a los escenarios será entre el 18 de octubre y 17 de noviembre en Las Naves del Matadero.

El mandato de la ternura

Otro de los regalos de esta temporada ha sido la reposición de obra Muda de Pablo Messiez programada esta vez en el Sol de York. Messiez es sinónimo de emoción, de disparo al corazón, de belleza doméstica y poesía cercana. Cuando su lírica se combina con el nervio de artistas como Fernanda Orazi, Marianela Pensado y Óscar Velado surge un explosivo cóctel molotov que los actores no dudan en lanzar hacia el patio de butacas. Como espectador uno siente que la piel se somete al impacto de las palabras y deja paso franco hacia las entrañas que se encogen estremecidas. Obviamente cuando uno prueba esa droga quiere más por eso espero ansioso el estreno de su próximo trabajo Las Palabras que en madrid llegará a la Sala Cuarta Paredy el “Mes Messiez” programado en la Sala Mirador.

Memoria Histórica

Hace apenas unas semanas tuvimos la oportunidad de disfrutar en la sala Nave 73 del montaje de Alba Valldaura, La Iaia, memoria histórica un delicioso relato familiar e intimista donde la polivalente actriz encarna, entre otros personajes, a su propia abuela y le da la voz que ella ya no tiene para así narrar una serie de experiencias vitales, recuerdos y anécdotas cargadas de emoción, ironía y no poco sentido del humor. La artista catalana realiza un despliegue apabullante de recursos interpretativos y demuestra una precisión y un talento que merecen una cuidadosa consideración por parte de los programadores madrileños.